domingo, 15 de marzo de 2009

Capitulo III “Visita”

Ya habían pasado tres días desde que Gwen se encontró sola entre las sabanas, tres días de soledad, de pena y de meditación, podría haberse marchado en cualquier momento y en mas de una ocasión tubo la intención de hacerlo, en especial por las mañanas cuando despertaba y notaba el espacio vació a su lado donde debería estar él, pero decidió quedarse, tal vez era, ingenua o ilusa, pero tenia la fuerte creencia de que él regresaría, algo dentro de su pecho se lo decía, y ella a pesar de que todo su sentido común le decía lo contrario le creía

El dia estaba por acabar, el sol amenazaba con ponerse una vez mas, en el horizonte se apreciaban sus últimos destellos como despedida, entonces la puerta se abrió y entro Elliot, la habitación parecía vacía miro de un lado a otro en su busca hasta que finalmente la encontró en el piso del balcón mirando la playa, no se atrevió a decir palabra alguna, esperaba su replica en cuanto tomara conciencia de su presencia asi que apurando el mal trago se paro frente a sus ojos de tal forma que fuera inevitable verle, ella, como única reacción, alzo la vista hasta que sus ojos se encontraron, tenia una expresión inescrutable en el rostro.

-¿Por qué volviste?-pregunto Gwen mientras una lagrima se escapaba de sus ojos, Elliot se quedo helado, con ella nunca se sabia, cada vez que había desaparecido por un tiempo había tenido una reacción diferente, pero esto le sorprendió del todo, esperaba gritos, reclamos, replicas, o al menos otro tipo de preguntas.

-quería estar contigo…

… no lo se, creo que te amo- respondió con la única respuesta que su cerebro le ofreció, la verdad. Ella lo miro detenidamente, como intentado descifrar algo en su rostro, pero solo duro un instante, luego, bajo la mirada, se puso de pie y le abrazo. Él por su parte, se paralizo ante esta reacción, no entendía nada, esto no era lo que debía pasar, no tenia sentido. pero a pesar de que la escena pareciera fuera de esta realidad, prefirió vivirla, se aferro a la única mujer que había amado en mucho tiempo deseando que su abrazo significara que ella también le amaba, aun esperaba que ella sacara un cuchillo de su manga y se lo clavara por las espalda, pero aquellas manos que le aprisionaban no se movieron.

Sin palabras, sin sentido, un momento carente de toda comunicación verbal, un abrazo que significaba tantas cosas y que al mismo tiempo no implicaba nada. Las ideas pasaban por su mente con tal velocidad que era imposible verlas y los minutos pasaban como pestañeos, quizás mas de una hora pasaron sin moverse de aquella posición.

-lo siento-fue lo único que pudo articular
-lo se- dijo ella mientras lo liberaba de sus brazos y tomándolo de la mano lo dirigió a la habitación, él todavía tenia la duda dibujada en el rostro cuando ella lo empujo suavemente a la cama, de tal forma que termino tendido de espalda, dejándolo en la posición mas cómoda para que ella se recostara sobre su hombro.

-Te extrañe- le susurro Gwen en su oído antes de darle un tierno beso en la mejilla, bajo la cabeza y rápidamente se durmió entre sus brazos.

***

-¿No dirás nada?.- pregunto Elliot lleno de una extraña curiosidad, luego de que el dia pasara con una extraña normalidad totalmente contrastante la singularidad de la noche anterior
- ¿haría alguna diferencia?- inquirió Gwen con un tono de total calma, mientras jugaba con la arena
-tal vez- respondió poco convencido
-¿me dirías donde estuviste si te lo preguntara? ¿dejarías de desaparecer si te lo pidiera? ¿olvidarías tu vida misteriosa y me dirías que ocultas?- Pregunto sin atisbo de reproche en su voz, pero con evidente incredulidad de que le dieran una respuesta que no conociera, Elliot guardo silencio, era cierto, pero sin embargo deseaba que lo hiciera, que le reprochara, que lo acosara con preguntas, que le rogara permanecer a su lado, era la mujer que mejor lo había tratado en su vida y la que menos podía entender.

-mejor volvamos a la habitación- Sugirió Gwen observando la oscuridad del cielo nocturno recubierto de nubes. Elliot continuo sin responder, simplemente se limito a seguirla cuando ella se levanto.

-Buenas noches – musito una voz, cuando entraron en la habitación a oscuras, una figura se perfilada entre la escasa luz que entraba por el balcón, Elliot se adelanto y lleno de luminosidad la habitación, miro a su entrometido visitante y bajo la cabeza sorprendiéndose de su propia ingenuidad.

- ¿y ahora que quieres? ¿Como te enteraste que estaba aquí?-pregunto evidentemente irritado. El interlocutor haciendo caso omiso de la molestia de Elliot, respondió alegre a la pregunta que mas le acomodaba
-Fue bastante fácil, veras, considerando el tiempo en que tardaste en aparecer desde que te llame, existían dos opciones- explico gestualizando con las manos- o viajaste en avión o estabas lo bastante cerca como para llegar a esa velocidad, ya que andabas en auto se descarta la primera. Asi que te seguí hasta ver que dirección tomabas en la carretera, y en cuanto te desviaste hacia Nueva Jersey, fue evidente que estabas en Allenhurst, y tu comprenderás que encontrarte en una ciudad tan pequeña como esta no es ningún desafió para un detective de mi categoría- las palabras salían precipitadamente de su boca en una mezcla de orgullo por su hazaña y miedo a ser interrumpido.

-Fuera –exclamo cuando tubo ocasión de hacerlo, lo quería fuera de la habitación, lejos de la vista de Gwen, ya tendría tiempo de explicarle quien era, o quizás no, ahora le interesaba sacarlo de allí, no por lo que su presencia podría ocasionar si no por que era una situación totalmente nueva para él, en la cual no tenia ningún control, y aunque fuera contra todos sus principios admitirlo tenia miedo. Pero para su infortunio el sujeto hizo caso omiso a sus palabras y a su mirada repelente.

-por lo que me conoces deberías saber que no me iré con tanta facilidad, aunque…- sus ojos se quedaron fijos en Gwen, aparentemente acaba de notar su presencia y esto le había turbado mas que cualquier reacción de Elliot.
-por eso tenias tanta prisa de regresar- afirmo sin quitar los ojos de la chica. Elliot se paro frente a ella intentado ocultarla tras de si, pero era demasiado tarde ya se habían visto el uno al otro, no había nada que pudiera hacer, quizás fuese mejor asi, después de todo Gwen llevaba meses desando conocer a alguien de su vida, ahora tendría la oportunidad…

El sujeto aparto a Elliot del camino, para tener la oportunidad de escrutar detenidamente la figura femenina, era menuda, a lo sumo tenia 1.65 metros de estatura, delgada, no muy voluptuosa pero evidentemente atractiva, le recordaba a alguien pero no estaba seguro de a quien debido a que esta chica tenia algo diferente, había algo en la expresión de su rostro que revelaban una cautivante seguridad, quizás sus almendrados ojos castaño oscuro que lo miraban sin ningún miedo o sorpresa, quizás sus labios finos que manifestaban una gran calma, o quizás se debiera al hecho de que parecía mas madura que el a pesar de ser evidentemente joven. Detuvo un instante su hilo de pensamiento en este punto dejando que su lengua rebelara su sorpresa.

-Es muy joven ¿Qué edad tiene? - Pregunto pasando por alto a la chica y dirigiendo sus ojos a Elliot, el cual había decidido ceder a ante la situación y se mostraba dispuesto a colaborar

-22 o 23 supongo - Lo cierto era que no tenia idea, nunca se le había ocurrido preguntarle la edad, ni nada de su vida, creía que al no hacer preguntas ella se mostraría menos dispuesta hacerlas o que él se sentiría menos obligado a responder, pero calculaba que no podía haber tanta diferencia entre ellos y él tenia 26

-¿en serio?- pregunto escéptico con los ojos fijos en Gwen, por lo que había visto en su vida, esa chica podría tener fácilmente 15 asi que decidió averiguarlo.

-¿Qué edad tienes?- pregunto guiñando un ojo a la chica
- 18, pero ¿acaso eso importa?- pregunto pasando la vista desde la expresión de satisfacción del sujeto a la de sorpresa de su pareja, era su turno de hablar y ella lo sabia.
- hay cosas mas apremiantes que aclarar- afirmo mientras caminaba elegantemente por la habitación hasta situarse junto a la cama para sentarse en la misma- ¿Quién es usted?- disparó finalmente.

- mis disculpas olvide presentarme- algo en esta reacción le recordó a Elliot el dia que lo conoció- Gregory Millar, investigador privado es un placer conocerla- recito la presentación como una autómata, de seguro era su costumbre solo tratar con clientes, pero al notar la mirada entrañada en el rostro de Gwen decidió agregar- soy amigo de Elliot

- ¿de verdad?- pregunto sorprendida- entonces también es un placer conocerte, mi nombre es Gwen

-que curioso, tienes el mismo nombre que mi prima, pero ella prefiere que le llamen por su segundo nombre, de hecho odiaba tanto ese nombre que el único que la llamaba asi en el instituto era…- sus ojos se desviaron a su viejo amigo que se encontrada apartado de la conversación en un rincón de la habitación, algo se ilumino en su cabeza con aquel característico sonido de interruptor que ilumina sus ideas, ya sabia a quien le recordaba, tenia un parecido, no muy evidente pero parecido al fin al cabo, con su prima, pero no la que ahora era su prima, sino con aquella Layla del instituto, aquella chica que existe solo en los recuerdos de juventud.

-es una casualidad Greg- respondió Elliot, sacando a su amigo de sus divagaciones mentales, había malinterpretando la mirada fija en él como una acusación

-¿Qué es una casualidad?- reacciono Gwen al instante, con la sensación de que había todo un dialogo entre esos hombres que ella incapaz entender, y de alguna forma asi era.

-Nada- respondió Elliot autosuprimiéndose mentalmente de su descuido

Gwen hizo caso omiso de sus palabras, aunque la apreciara mas ya no necesitaba la respuesta de Elliot, tenia a alguien mas que podría ofrecerle la misma información, ahora tenia la mirada fija en Greg, pero este lamentablemente por el momento parecía ensimismado observando el entramado de la alfombra, como si este le pudiera brindar un extraordinaria comprensión del mundo, el universo o la vida.

sábado, 7 de marzo de 2009

¿Y que si estoy loco?

Solo en casa, no podría ser de otra forma, estoy cansado de esto, no puedo pensar, no puedo sentir, me doy asco a mi mismo, malditos psicotrópicos, arrojo el frasco de pastillas con vehemencia, se asota contra la pared y sus comprimidas drogas quedan regadas en al oscuridad de la habitación, maldito el momento en que me entere de esta maligna enfermedad ¿a quien le importa si soy un maniaco-esquizoide? El titulo no dice nada, solo es un detalle que se pone junto a mi currículum al lado de ese cartel con inmensas letras de neon que anuncia que no debes conocerme, que no debes contratarme, que solo estarás seguro si te mantienes lo mas lejos posible de mi.

-debes hacerlo- me dice el sujeto del espejo mientras levanta el celular y lo pone en mi mano
-cállate imbecil- le grito a mi reflejo, no quiero recibir consejos de un chiflado mas, pero aunque lo deteste, tiene razón, al menos eso es lo que mi mente decide creer

Marco el numero con dificultad, las teclas bailan entre mis dedos, al menos esto no es una alucinación, solo me tiemblan las manos. Deambulo como león enjaulado en espera de que conteste, pero no lo hace, que esperaba son las cuatro de la mañana, nadie en su sano juicio llamaría a estas horas, pero ese es el punto precisamente, yo no estoy en mi sano juicio, vi nítidamente como acuchillaba a mi madre en un pestañeo, analice la resistencia de los árboles para colgarme, mire el enorme edificio frente a su casa intentando adivinar cuanto me demoraría en morir si me la lanzaba a mi mismo desde el tejado, por suerte, o por desgracia ¿Cómo saberlo? solo son fantasías.

Mi mano brilla, no, alguien me llama, es ella, lo se antes de mirar el numero, es mejor asi, tengo una boda que cancelar, la mía

-¿Alo?
-¿amor? ¿eres tu? ¿acabas de llamarme?-dulce, preocupada, amor de mi vida, pensar que yo la amaba o la amo, quizás era mi locura la que se deleitaba su lado, “es una manipuladora” me grita la vos en mi cabeza una y otra vez, lo triste es que no es la única que lo pensaba, lagrimas, mas que alegrías es lo que me daba esa mujer, pero como idiota yo volvía a ella sin importar cuantas puñaladas atravesaban mi pecho, sonrisas amargas tratando de asustar sus miedos absurdos, ahora tengo un monstruo mas grande contra el cual pelear…
-¿Amor? ¿estas ahí? ¿estas bien?- que entupida pregunta, es obvio que no estoy bien, estoy loco, pero claro, tú no lo sabes
-si amor, yo llame, estoy bien
-¿seguro? Has estado muy extraño estos días- ahora me golpea la pregunta del millón, ¿Cómo explicarte que lo mas probable es que empecé a salir contigo, porque a mi cerebro se le ocurrió, que el no hacerte daño era motivo suficiente para una relación? ¿Cómo decirte que di vuelta mi mundo hacia ti, solo porque químicos se disparaban en mi cabeza y me hacían sentir que estaba enamorado? ¿Cómo decirte que de corazón nunca te ame? ¿Cómo decírtelo si yo mismo me niego a creerlo?
-no pasa nada amor, veámonos mañana ¿si?, te extraño mucho, demasiado
-y yo a ti tontito, sabes que no duermo bien sola
-si, lo se…
-entonces hasta mañana amor, buenas noches
-buenas noches amor
-te amo
-y yo a ti
-…-silencio, ya no esta ahí

-¿y que importa si estas loco?- pregunto con sorna mi demacrado compañero de habitación mi entras salía de su habitad de vidrio
-Cállate- le grite
-cállame-me insistió mi propia imagen mientras se sentaba en la cama junto mi. Me arroje al piso, y recogí rápidamente tantas pastillas como fui capaz con mis torpes manos, y las tome sin pensar en nada mas que en callarlo, en silenciarme.
Cinco minutos, antes de que todo se volviera borroso, cuatro minutos, antes de que mis piernas no pudieron mantenerme en pie, tres minutos antes de que mi vista se oscureciera, dos minutos antes de cerrar los ojos y que todo volviera a desaparecer.

domingo, 1 de marzo de 2009

Capitulo II “Ligada a ti”

Gwen se levanto con calma, de alguna forma se esperaba que esto ocurriera, siempre esperaba que esto ocurriera, desaparecer sin previo aviso era común en el comportamiento de su novio. Ahora aguardaba paciente a que las emociones acudieran a ella, su mente empezaba a habituarse a la secuencia, esta escena le resultaba tan recurrente como Navidad, o cualquiera de esas fiestas que no se vive todos los días, pero que sin embargo se mantienen en la mente por aquella subconciencia de que en algún momento ocurrirán. No quedaba más que esperar, ya sentía como las emociones hacían presa de ella, siempre del mismo modo, siempre en el mismo orden, primero la ira…
-Maldito imbecil- grito en su mente, mientras sus brazos temblaban por la furia que recorría su cuerpo - te dejare, esta vez no voy a esperarte, no volveré a ser esa idota que todo el mundo cree que puede pisotear, no de nuevo- tomo sus cosas rápidamente y salio de la habitación, pero al pasar por el vestíbulo el encargado la miro extrañado

- Señorita - la llamo-¿Se marcha?- pregunto cuando Gwen se voltio
-Asi es señor-respondió esta decidida
-pero…-intento decir
-¿Qué?- Gwen tenía prisa, sentía como la ira desaparecía de su cuerpo, si no se marchaba en ese preciso instante ya no lo haría
-El caballero, pago una semana por adelantado- demasiado tarde pensó Gwen
-¿Cundo lo hizo?
-mmmm, esta mañana muy temprano
-¿Dijo algo mas?
-Me temo que no
-entiendo, gracias por la información- se despidió mientras caminaba lentamente de vuelta a su habitación
-¿entonces se que da?- pregunto el encargado antes de que su joven inquilina se alejara lo suficiente para no escucharlo
-eso creo- respondió quedamente

-No debería haberme quedado- pensaba una y otra vez, mientras caminaba de un lado a otro, pero a pesar de la idea constante con que la acosaba su sentido común, ya había perdido toda voluntad por marcharse, nada había cambiado, él ya no estaba y el tener un techo pagado en un lugar maravilloso, no hacia ninguna diferencia, ¿que sentido tenia permanecer allí, si estaba sola? ¿Por qué siempre ocurría esto? ¿Por qué se marchaba? Las ideas cruzaban su mente como estrellas fugaces en un oscuro cielo despejado, brillando solo un instante para ceder lugar al resplandor de la que viene tras de si. Entonces una luz brillo mas que las otras, esta vez tenia un punto de inicio, y algo en lo que encaminar sus pensamientos erráticos antes de precipitarse a un estado depresivo.

- esa llamada, se fue por esa llamada- pronuncia las palabras lentamente esperando que el sonido les diera sentido, a todas las piezas del rompecabezas. Era la primera vez que tenia algo donde empezar, pero ¿Quién había llamado? ¿algún amigo?¿familia?, no, no habría contestado de la forma en que lo hizo ¿o si? ¿Cómo saberlo?, entonces la idea que ninguna amante que se crea feliz debería pensar cruzo por su mente, otra, ¿podría Elliot tener otra?
No, rechazo la idea con vehemencia, a pesar de los misterios que su novio siempre parecía mantener, se negaba a creer que tenia a otra, a pesar de que no tenia ningún argumento razonable, no quería pensar en ello, se levanto de la cama donde se encontraba, saco el whisky del minibar y se sirvió un vaso con solo dos cubos de hielo, siempre le habían gustado los tragos fuertes, y se sentó en el balcón a observar el atardecer, se le había ido el dia en un instante, ya no quería pensar, solo deseaba que la brisa marina se llevara sus pesares con ella.

Un recuerdo cruzo su mente dibujando las imágenes entre las nubes del horizonte tan real como si lo estuviera viviendo de nuevo

Aquel dia no era whisky lo que estaba en mi vaso sino tequila – penso-, era viernes y había tenido un dia agotador, asi que me fui a pasar un rato en un bar para despreocuparme del mundo, ya llevaba un rato ahí cuando le vi ahí sentado en un sillón totalmente solo, me llamo la atención al instante, llevaba una camisa azul marino desabrochada hasta el tercer botón del cuello, el cabello desordenado y un cigarro en la boca. De pronto levanto la vista y nuestras miradas se cruzaron, aparte la vista con un gesto atrayente, siempre e sabido lo atractiva que resulto a los hombres, tanto que el mismo trago que bebía había sido un obsequio de uno de esos intentos burdos de conquistador, pero el parecía diferente, uno de esos tipos que sabe lo que quieren, y a mi me gusto, empezó el juego de conquista, pensé.

Estuvimos un buen rato entre miradas escondidas y gestos sutiles, ambos jugábamos el mismo juego, y para mi sorpresa yo perdí, me canse de esperar, termine mi trago y me dirigí hacia el.

-Buenas noches- dijo el con un sonrisa que revelaba lo satisfecho que estaba con mi presencia, me senté a su lado sin decir palabra, pero sin dar gesto de timidez, quería ver que tenia para ofrecer y el me complació
-Asi que la encantadora señorita decidió acompañar al hombre que no cedió a sus encantos- exclamo mirando al techo de forma despreocupada. Me fascino la forma en que hablaba, no era común encontrar hombres con ese lenguaje en lugares como estos, pero no se lo deje notar, quizás era una técnica de conquista que llevaba años ensayando, hoy en dia no me fió de nada.

-¿a que te refieres?- pregunte del modo mas inocente que pude
- habían tres tipos muy cerca de ti que deseaban seducirte, uno de lo cuales te invito el trago que bebías cuando me viste, y habían otros dos en la periferia con iguales propósitos- lo dijo todo sin apartar la vista del techo, me dio la impresión de que podía ver la escena completa en su mente
-¿ me estabas vigilando?- exclame ofendida- ¿debería sentirme alagada o temerte?
-¿ah?- se sorprendió, fue de lo mas encantador, no podía creer que hasta ahí llegaba su fachada de conquistador
-a decir verdad- continuo mientras encendía otro cigarro- deberías temerme, pero no quiero que lo hagas, me pareces muy linda, ¿Qué tal si empezamos de nuevo? Mi nombre es Elliot- exclamo mientras me alargaba una mano, no pude evitar reír
-¿dije algo malo?
- No- respondí entre risas- es solo que toda la fachada de seductor, y la pose de galán, para luego decir, “me equivoque, empecemos de nuevo “ la escena en si es algo cómica
-Supongo que tienes razón- respondió sin ninguna muestra de que revelara que se avergonzaba de su comportamiento
-lo siento-dije cuando al fin pude parar de reír- mi nombre es Gwen

Fue una noche de lo mas peculiar, nos la pasamos hablando del mundo, de las personas, de las relaciones humanas y de todo cuanto se nos pasara por las cabezas, ahora que lo pienso incluso en ese momento ya desinhibidos por el ambiente, y con bastante alcohol en nuestras venas el fue lo bastante precavido como para no revelar nada de si, aunque para ser sincera yo tampoco lo hice no me gusta hablar mucho de mi vida.
Entonces ya quedaba poco para amanecer, y nos echaron del bar, no despedimos en la puerta, ya que tomábamos direcciones opuestas

-Fue un placer conocerte- exclamo él- a sido una noche divertida
-Lo mismo digo
-Buenas noches- me dedico una sonrisa de despedida, dio media vuelta y empezó a caminar
-Espera- lo detuve,
-¿si?
-¿no quieres mi teléfono?- pregunte sorprendida, el me miro extrañado, y luego volvió a sonreírme
-claro-fue lo ultimo que me dijo, le entregue el numero y se marcho sin quitar la sonrisa de tus labios, como me hubiera gustado saber que pasaba por su mente

como me gustaría saber que pasa por tú mente, pensó mientras miraba al cielo posando sus ojos en las estrellas, ya estaba entrada la noche, no sentía le paso del tiempo cuándo se inundaba en sus recuerdos, intento levantarse pero tenia los miembros entumecidos, ni modo, se arrastro como pudo para salir del balcón, empezaba a hacer demasiado frió, se arrojo a la cama e intento dormir.


***

Ya estaba entrada la noche cuando Elliot toco a la puerta, prefería esa hora, no deseaba ser visto por el barrio, nadie respondió, asi que decidió revisar si su vieja llave aun funcionaba. La puerta abrió al instante, estaba oscuro, la casa parecía estar vacía. Entonces se prendió la luz

-¡Elliot!- exclamo una voz masculina, que se aproximaba para abrazarlo- ¿Cómo estas amigo?
-Greg – musito sin comprender del todo que ocurría
-¿Qué pasa Elliot?¿por que esa cara?
-¿Cómo estas? - Inquirio sin responder a sus preguntas
-bien, bien, estoy en excelente forma
-¿y ella?- pregunto con la mirada turbada
-excelente, no paso nada
-¿entonces?
-este… bueno, sabia que no vendrías sino te decía que había problemas, y como hace mas de dos años que no te veía…-Elliot comprendió todo al instante
-Hay formas menos alarmantes de ver a los viejos amigos Greg- exclamo algo molesto
-Vamos no te enfades, sebes que no lo hago con mala intención, solo me preocupo por ti
-lo se, pero hubiera preferido que no me hubieras hecho venir hasta aquí-respondió con una sonrisa triste
-Lo siento, pero bueno ya estas aquí, no hay mucho que hacer al respecto
- adios Greg- exclamo mientras se volteaba en dirección a la puerta
-Vamos Elliot, no te pongas asi quédate
-tengo una vida ocupada y lo sabes- respondió pensando en Gwen que lo esperaba
-¿mn?- Era fácil para Greg notar cuando su amigo andaba en algo, y esto parecía bueno –Al menos esta noche- Elliot dudo y Grez aprovecho la oportunidad para interponerse ante la puerta
-Solo esta noche- puntualizo Elliot, después de todo hace mucho que no veía a su amigo y por importantes razones, Greg le conocía demasiado bien
-Excelente- exclamo victorioso
-pero solo esta noche- sabia bien que si le daba la oportunidad lo haría quedarse una semana
-¿una cerveza?- sugirió el entusiasta mientras se dirigía al cocina
-Claro- respondió Elliot mientras pensaba por que no, esta promete ser una larga noche.