sábado, 7 de julio de 2012

Respuestas a las preguntas no realizadas


Hoy soñé contigo, si, no te sorprendas estoy hablando en serio, soñé contigo, soñé que volvíamos a encontrarnos y que todo era igual, pero al mismo tiempo diferente, tu eras tú, pero no tal como te recuerdo, y eso está claro, puesto que difícilmente puedo evocar la última vez que estuvimos frente a frente.

-          ¿Qué  ocurría en tu sueño?
-          Nada
-          ¿nada?
-          Simplemente estábamos tu y yo, en un lugar indefinido en un tiempo inexistente en una escena jamás vivida.
-          Yo creo que te gusto
-          Jajajajaja, eres un bobo, yo creo que es un poco mas que eso.

Las miradas se entrelazan entremedio de las sonrisas amenamente, una sensación particular pero no por ello desconocida.

-          ¿Por qué me dejaste ir?
-          Tú te fuiste por tu propia voluntad
-          Tú nunca corriste tras de mi

Silencio, evidencia de lo indiscutible

-          No lo sé -  responde mientras acaricia su rostro sintiendo el suave roce de su barba – creo que pensé que regresarías

Silencio, es difícil contar todas las veces que  han faltado las palabras al ver la limpieza de esos ojos celestes.

-          Siempre me gusto tu honestidad
-          Siempre supe que moverías el mundo por encontrarme aunque yo no moviera ni una piedra, aunque nunca entendí porque me amabas
-          Pensé que querías que te amara
-          Ahora lo recuerdo ¿Quiénes eran?
-          Estas hablando de un sueño
-          Puede ser, pero no lo entiendo
-          ¿importa realmente?

Siempre es complejo definir lo importante cuando no se está claro que es lo que forma parte de la realidad

-          ¿Por qué estás aquí?
-          Tú me llamaste
-          ¿lo hice?
-          Querías verme
-          Sabes lo mucho que me molesta cuando te comportas como mi sirviente ¿porque hablas como si estuvieras aquí por mi voluntad y no por la tuya?
-          Sabes que no rompo mis promesas
-          Lo sé – exclamó refugiándose en su pecho, sintiendo sus músculos reconciliándose con su aroma
-          Suena tu teléfono

Existe un momento preciso que solo ocurre en algunas fantasía donde es el mismo sueño el que te recuerda la realidad. Ella busca en su bolsillo, hasta dar con el pequeño aparato, mira su pantalla brillante, es un recordatorio “Cumpleaños de Alberto”.

Debería borrarlo, pensó Ema, tal como lo hacia todos los años. Le era imposible no recordar aquella última noche donde acompañado por un par de desconocidos él se había alejado diciendo que todo había terminado. Si tan solo no me hubiera marchado, se reprocho a si misma mientras se volteaba a contemplar la habitación.

Nunca se había acostumbrado al espacio adicional, nunca se había acostumbrado a la soledad.