Esto era algo que Christin no iba a soportar, le parecía una falta de tacto por parte de Sir William hacer tal petición, tomando en cuenta que solo conocía a la señorita hace poco mas de un año, y este fue el motivo que utilizo para retarlo a duelo, aunque mas que defender el honor, pretendía deshacerse de el, eliminarlo, no solo por querer arrebatarle a su amada Marry, el distanciamiento lo torturaba y Sir William solo le producía odio, además últimamente le dirigía unas miradas que tenían la facultad de hacer sentir a Christin que este hombre sabia todo de él.
El duelo se realizaría una semana después de ser fijado, con armas a elección de Sir William, espadas por supuesto, lugar a petición de Christin, y si testigos, en secreto, por acuerdo mutuo.
***
Ciertamente ambos se encontraban en su sitio a la hora precisa, las ruinas de la mansión Ghetlam parecían especialmente lúgubres antes del amanecer, los combatientes se encontraban expectantes ante el primer canto del gallo que señalaría el inicio del combate. Estos eran los últimos segundos antes del final, aunque ellos no lo supieran, y ninguno pensaba en retroceder.
De pronto se escucho la señal esperada, el primero en atacar fue Christin con una fuerte estocada al pecho, maniobra que su rival esquivo con gran facilidad, pero no se desanimo y continuo su ofensiva, cada ataque quedaba contrarestado con uno de mayor fuerza, en un inicio no se escuchaba nada mas que el sonido de las espadas al golpearse, pero en un momento de ventaja por parte de Sir William este dijo
-Debo decir que esperaba más de ti, Daniels
Christin se paralizo al oír estas palabras y su oponente aprovecho aquel instante para dar una estocada a su pecho, pero afortunadamente Christin resbaló y el filo solo le produjo en rasguño en el hombro izquierdo, rápidamente se levanto, era el momento de la verdad, entonces entre la agitación de los combatientes y el rechinar de las espadas inicio un interesante dialogo
-¿Desde cuando lo sabes? pregunto Christin mientras se balanceaba de un lado a otro esquivando el filo de la espada oponente
-Empecé a tener sospechas desde el primer momento en que te vi.- respondió William sin titubear
-¿Qué? Pero ¿entonces por que no has actuado antes?- la sorpresa lo distrajo lo bastante como para que su rostro se tiñera por la sangre gracias al corte de la espada de su contrincante, que le corto desde el mentón al labio en forma diagonal, de haber sido con mas fuerza le habría cortado la cabeza y acabado con el duelo.
-Tu falta de memoria te quitaba todo valor, pero cuando note que fingías... –William se quedo en silencio, su oponente acababa de caer y se encontraba totalmente indefenso, pero en lugar de atacar y acabar con su vida, retrocedió un par de pasos dándole el espacio suficiente para levantarse.
-¿Por qué el engaño? ¿de que huías? ¿acaso tuviste algo que ver con el incendio?- realmente parecía no entender, aunque para la mayoría la respuesta hubiera resultado evidente
-El incendio…-Christin estaba de pie con la mirada perdida – fue…fue culpa mía
-¿A que te refieres?-dejaba notar sorpresa e interés en sus palabras
-yo…yo... yo lo provoqué
Eso era todo lo que William necesitaba escuchar, nuevamente se lanzo contra Christin pero ahora mostraba gran furia en sus ataques, no solo con su espada, si no que también con sus palabras.
-¡¡¡TRAIDOR!!! como pudiste Daniels, mi tío siempre te trato con grandes privilegios, eres un maldito, cualquier otro sirviente hubiera sido leal hasta la muerte con solo la mitad de lo que el te daba- se detuvo en espera de una respuesta, pero Christin no dijo nada, como mucho se defendía de sus ataques lo bástate bien para no morir, pero sin dar señales de atacar
- Tú, que de niño fuiste mi mejor amigo, mi compañero de juegos, ¿Cómo has podido? - “hubiera dado mi vida por ti en aquella época, en cambio hoy, te daré muerte”-pensó William
-Tu tío…-Dijo finalmente Daniels
-El que era como un padre para ti - interrumpió William
-El que era mi padre – las palabras salieron de su boca como un alarido de dolor, un grito de verdad, y por un momento las espadas detuvieron su danza mortal permitiendo que las palabras se expandieran hasta disolverse en el vació del silencio.
Ahora era William quien estaba paralizado, mil recuerdos pasaron por su mente en tan solo una fracción de segundo, no podía creer lo que acababa de escuchar, estaba confuso, sus pensamientos, sus deducciones, las palabras que le había comentado Marry de su antiguo amigo, todo se revolvía en su mente en un interminable espiral de sin sentidos, ¿podría ser mentira? No, en el fondo sabia que era verdad, pero aun había algo, una duda que en aquella circunstancia poseía un sentido erreal
-el siempre te trato bien, su único error fue no haberte reconocido ¿era este hecho merecedor de toda la sangre que derramaste?-Logro decir William finalmente
Christin noto el sufrimiento en sus palabras y presintió que el nivel del combate volvería a aumentar en cuanto respondiera, independiente de la respuesta que diera, por lo que simplemente acomodo la espada en su mano, se preparo para una buena defensa y dijo sin prestar atención a sus palabras
-Fue un accidente
-¡¿Un Accidente?!-Repitió William atacando nuevamente, esta vez a pesar de su defensa había logrado alcanzar el pecho de su oponente, pero solo había logrado una herida superficial gracias a los ágiles reflejos de este- tu accidente acabo con casi toda mi familia, con la única que conocí luego de la muerte de mis padres, dejándome
Solo recuerdos de una lejana felicidad
-No eres el único caído en desgracia William- respondió mientras retrocedía para tener mas libertad de movimiento- también yo perdí a mi madre y a mi recién descubierto padre, quedando solo en el mundo
-No te preocupes, viejo amigo, acabare con tu dolor, y luego reiniciare mi vida con mi querida Marry- pronuncio esta declaración mientras levantaba su espada en forma amenazante
Las palabras de William atravesaron la mente de Christin como un rayo, durante todo el duelo se había comportado pasivamente, es cierto el había convocado la lucha y realizado el primer ataque, sin embargo aunque le hubiese sido de gran utilidad acabar con su oponente, no había intentado matarlo, simplemente se defendía, había algo dentro de si que le impedía intentar matar realmente a su oponente. Pero al oír el nombre de su amada en los labios William su actitud cambio completamente, recordó que el supuesto motivo de el duelo era el matrimonio de Marry, no liberarlo de sus culpas, el pensamiento de Marry casada con William, a pesar de lo deteriorada que estaba su relación actualmente, renovó su fuerza de sobremanera, de la nada empezó a realizar ataques rápidos con gran pericia y destreza.
William que en un momento pudo haber asesinado a su adversario, ahora se encontraba sobrepasado por los ataques de su oponente,
-¿Qué? ¿Ahora quieres luchar?- pregunto William de forma arrogante- es por Marry ¿verdad? Si no fuera por ella, nunca habría sabido que mentías, fue ella quien lo descubrió
El ataque se detuvo por un momento, William se descuido y Christin aprovecho ese momento para rasgar su pecho con el filo de su espada, su oponente se vio obligado a arrodillarse en el piso por el dolor. Entonces sin siquiera pensar en lo que hacia, Christin le dio muerte de una ágil estocada en el corazón, y aquel que había sido amigo, compañero y rival se quedo sin vida a tal velocidad que ni una palabra pudo pronunciar en su partida.
Por unos instantes todo lo que Christin sentía era una gran satisfacción estaba orgulloso de su hazaña, sonreía cruel y malévolamente ante su obra, había acabado con la amenaza, con su enemigo, pero rápidamente la culpa se hizo presente, miro a su oponente y dejo de ver al joven caballero, solo veía al que alguna vez fue su compañero de juegos, su amigo, su propio primo, bañado de sangre que escurría de las heridas que el acababa de hacer, aparto la vista de la escena y se topo son su espada carmesí, y ahí en el reflejo de la sangre se vio a si mismo matando a William sin ninguna piedad. Fue cuando huía de esta visión, apartando la mirada a cualquier punto en que no tuviera que ver el rojo de su crimen, entonces por primera vez logro ver lo que en realidad había ocurrido hace tanto tiempo, no, hace tan solo un par años, aunque para el era casi en otra vida, pero ahora era nítido como si hubiese estado escrito en las cenizas de la mansión a su alrededor.
Podía ver claramente el despejado cielo de aquella terrible noche, podía escuchar las palabras de su madre cuando hablaba con el Marques de Ghetlam, tan patentemente como si aun se encontrara espiándolos tras la puerta.
-No podemos seguir así- reclamaba ella
-¿A que te refieres?-preguntaba con tranquilidad el Marques
-Sabe exactamente a que me refiero, pronto se convertirá en un hombre, merece más que una vida de sirviente
-Sabes que no puedo hacer mas por él, ya le he ayudado demasiado, seria un riesgo innecesario
-pero tiene habilidad con la espada y gran amor por la poesía
-pero no tendría sentido, seria correr un riego injustificado
-¿Un riesgo injustificado?, no estamos hablando de uno de sus negocios, si no de su...
-¡Suficiente!- corto secamente el marques
-¿Por qué le cuesta tanto reconocerlo?
-Porque fue solo un error de juventud
-Error o no la verdad es innegable y aunque usted no lo quiera por la venas de mi joven Daniels corre su misma sangre…
-Calla mujer-exclamo el marques molesto
-No le pido que lo reconozca como su heredero, solo que lo ayude un poco
-Silencio-volvió a decir el marques- creo que oí un ruido-comenzó a aproximarse a la puerta pero cuando estaba apunto de abrirla y descubrir Daniels, su madre, ignorante de su presencia, lo salvo diciendo
-imposible, todos duermen a esta hora
En ese momento Daniels estaba paralizado, se encontraba en shoc tras la puerta, pero en cuanto recupero el movimiento corrió a mas no poder, como queriendo escapar del conocimiento que acababa de adquirir, no captaba del todo la implicancias de la palabras de su madre, pero en su pecho sentía una fuerte desesperación, corría queriendo escapar de al realidad, con la esperanza que todo no fuese mas que un perturbador sueño, aquel hombre tan frió no podía ser su padre, fue durante esta carrera que tropezó y dejo caer la vela que traía en las manos, lamentablemente estaba demasiado desconcertado como para notar el fuego que consumía las cortinas y se expandía por las paredes.
Cuando finalmente recupero el sentido y noto el calor, las llamas ya se habían apoderado de gran parte de la mansión, por lo que Daniela solo conciente del peligro se apresuro hacia alguna salida, pero cuando ya se encontraba a salvo a una considerable distancia de las llamas, pensó en su madre y regreso a aquel infierno en su rescate, mas cuando la halló, se encontraba apoyada en una gran viga en llamas, la ultima que sostenía el techo, imposibilitada de caminar y con la pequeña hija del marques entre sus brazos, le rogó que salvara a aquella niña, el se negó prefería salvar a su madre que a esa criatura, pero finalmente predomino la voluntad de la mujer , por su puesto Daniels no se fue si antes prometerle regresar, pero en cuanto cruzo el lumbral de la puerta, la viga cedió y el techo se desplomo aplastando a su madre, intento volver a entrar pero las llamas le cortaron el paso, supo que ya no había nada mas que pudiera hacer, salio rápidamente de lo que quedaba de la mansión y dejo a la niña a varios, metros del incendio donde estaría segura del fuego y seria rescata con facilidad, luego huyo, vago por la ciudad sin rumbo durante toda la noche, corrió sin saber donde hasta que no pudo mas, callo al piso, pero no se detuvo se levanto y continuó cansadamente su andar apoyándose en los firmes muros de la ciudad. Y la visón desapareció, luego no venia mas que un enorme vació, trato de recordar que ocurrió después pero no pudo ver mas que la dulce imagen de Marry Thecker. Cual ángel sobre su lecho.
-Marry- susurró, fue este recuerdo lo que lo regreso a la realidad, el tiempo había pasado, ahora solo quedaban unas cuantas marcas y escombros en el lugar donde había estado aquella bella mansión, y ahí se encontraba él completamente solo con el cadáver de William y su espada ensangrentada, habían pasado horas desde el inicio del duelo, las personas empezaban a despertar y la ciudad recuperaba su habitual movimiento.
Christin sabia que debía irse, alejarse de aquel lugar y marcharse de la ciudad para evitar problemas, había decidido salir del país como lo había planeado tantas veces, pero primero había algo que debía hacer, se apresuro a llegar al barrio de los Thecker, se escondió en la sombra de un callejón cercano y la observo por ultima vez, entonces como conciente de su presencia, ella se asomo por la ventana, quiso correr hacia ella, contarle todo, persuadirla para que huyera a su lado, pero sabia que no funcionaria en cuanto Marry se enterase de que había acabado con la vida de William de seguro lo repudiaría, si es que aun no lo repudiaba, no era tonto sabia que ella nunca lo había amado como él lo hacia, estaba mas que conciente que la posibilidad de una vida feliz junto a su querida Marry solo existía en su imaginación, por lo que le dio una mirada final a la casa que se había convertido en su hogar durante los últimos meses y se despidió en silencio de aquella joven, que le había dado una nueva vida y una nueva identidad, que ya de nada servían, por que al igual que con las anteriores él las había destruido.
Desde la ventana Marry miraba la ciudad, tenia un mal presentimiento, había oído a Christin salir muy temprano por la mañana., como le hubiera gustado que el estuviera ahí, extrañaba a su amigo a pesar de lo distanciados que ahora estaban, no quería perderlo por casarse, pero sabia que ella no podría brindarle el amor que él le pedía, trataba de aclarar sus pensamientos, pero una angustia en su pecho no la dejaba pensar algo andaba mal, Sir William había quedado de llegar temprano aquel día, para desayunar, ¿Qué lo retrasaba? ¿Dónde estaba? ¿Dónde estaba Christin?, trataba de calmarse, pero no podía, solo un horrible sentimiento reclamaba su emoción y solo un pensamiento acudía a su mente, algo terrible había ocurrido y ella no podía hacer nada mas que esperar para saber que era lo que debía llorar, pero era cierto y lo sentía, simplemente “Algo estaba mal”.