domingo, 25 de septiembre de 2011

Misteriosa Realidad - Capitulo 6

De pronto se escucharon unos pasos que interrumpieron las meditaciones de la joven, las chicas cruzaron miradas y sin formular palabras volvieron a correr, recorrieron los pasillos con celeridad guiadas por Elizabeth que abría cuanta puerta se les interponía, hasta que al cruzar el dintel de una de ellas entraron a una habitación donde se encontraban tres figuras, dos hombres vestidos de negro que no mostraron señales de notar su presencia y una mujer con vestidura igual de oscura, todos parecían tener un aspecto similar al tipo que las seguía, quizás por su ropa raída, o por su tez blanca, era difícil decirlo.

- Por aquí – las llamo la mujer, pero al ver la expresión de terror de Elizabeth se apresuro a agregar en tono calmado – No somos tan espeluznastes como parece, anda un chico con un agujero en la cabeza, el si asusta bastante no se le vallan a acercar.

Sus palabras sonaban amables pero Elizabeth no se quedo a escuchar sus consejos, sin pensarlo dos veces retrocedió sus pasos y corrió lejos de la mujer seguida por sus compañeras

- Por acá – les señalo Elizabeth a sus compañeras al distinguir los laboratorios, los atravesaron rápidamente y para su desconcierto acabaron en un pasillo sin salida, que provoco que se detuvieran impetuosamente a riesgo de estrellarse contra una pared.

- no entiendo que está pasando - exclamo Elisabeth después de un momento al tiempo que extendía los brazos para que Patricia le entregara a su hermanita, le daba mucha tranquilidad tenerla en sus brazos a pesar de que seguía sin despertar.

- Debemos salir de aquí – exclamo Andrea

-este lugar me da miedo- comento Patricia mientras con su mano buscaba algo en su propio cuello

- ¿pero como saldremos? Pregunto Elizabeth

- mi cruz no está – anuncio espantada Patricia sin prestar atención a la pregunta que se acababa de formular

- ¿tu cruz? ¿Pero si no te la sacas por nada? – Pregunto Andrea revisando sus propias muñecas – mi amuleto tampoco esta

- busquemos la salida – volvió a centrarse Patricia – no debe estar muy lejos después de todo acabamos de pasar los laboratorios

- es cierto – corroboro Andrea

Una idea evidente cruzo la mente de Elizabeth, se encontraban en el primer piso del edificio, puesto que en ese piso se encontraban los ya mencionados laboratorios, sin embargo la joven no recordaba haber bajado escaleras en ningún momento y estaba segura de que había estado en el segundo piso, en las habitaciones

- tenemos que volver – exclamo con firmeza finalmente

- ¿A dónde te encontramos? – pregunto Andrea sorprendida y algo asustada, pero Elizabeth negó con la cabeza

- a los laboratorios – respondió, tenía la sensación de que solo desde allí llegarían a la salida, y agradeció en su interior que sus compañeras no le preguntaran el porqué puesto que ella misma desconocía la respuesta.





lunes, 12 de septiembre de 2011

Misteriosa realidad - capitulo 5

- ¿Qué haces Eli? las palabras aunque susurros sobresaltaron a Elizabeth, quien pensaba que se encontraba sola, rápidamente salió de la abertura por el lado de la habitación y para su sorpresa encontró a su hermana Constanza.

- ¿Qué haces aquí?- pregunto impactada

- Me escondí en el auto y vine a cuidarte – respondió la pequeña, Elizabeth inconscientemente sonrió ante estas palabras, estaba dispuesta a reprenderla pero tenía cosas más apremiantes en mente

- Bien, vigila la puerta por si viene alguien – ya tendría tiempo de reprocharle más adelante, por ahora volvió a intentar atravesar el agujero

La tarea le estaba resultando bastante más fácil ahora que sabía que alguien vigilada sus espaldas, a pesar de que era poco lo que Constanza podría hacer ante algo inesperado su sola presencia le producía seguridad. De pronto algo llamo su atención, ante la aparición de su hermanita se había olvidado por completo de los murmullos, y ahora que los buscaba en el aire se daba cuenta que habían desaparecido, intrigada miro al pie de la escalera en su búsqueda y para su sorpresa vio un sujeto pálido que la miraba desde abajo, Elizabeth lo observo durante una fracción de segundo, era un tipo alto, delgado, de mediana edad que usaba un traje raido con un sombrero de hongo muy al estilo del siglo pasado, no logro distinguir su rostro pero algo en su interior le decía que debía huir, salió del agujero tan rápido como pudo y le grito a Constanza que la siguiera, juntas corrieron por el pasillo y pasaron por el lado de la puerta iluminada en el preciso instante en que esta se abría y el mismo hombre que hace segundos estaba al pie de la escalera salía de ella.

El sujeto rápidamente estiro su mano alcanzando certeramente el frágil brazo de la pequeña produciendo que esta chillara, Elizabeth se voltio de inmediato ante el grito de su hermanita y la tomo desde la cintura mientras el sujeto la seguía jalando, entonces la joven pudo distinguir su rostro con facilidad, su cara era más bien alargada, su mandíbula cuadrada, la nariz ancha, el cabello corto y cano y los ojos pequeños tan dilatados que parecían ser completamente negros.

Elizabeth se sentí en desventaja, el sujeto tenía demasiada fuerza y no sabía cuánto más podría resistir, sus fuerzas estaban pro flaquear pero en ese preciso instante vio dos pares de manos que la ayudaban tirando de su hermanita, sintió una fuerte corriente eléctrica pero se negó a soltar a Constanza, de pronto vio al sujeto caer como si lo hubieran empujado así que tomo a su hermanita en los brazos y empezó a correr para alejarse del sujeto, a su lado reconoció a un par de chicas de su grupo de compañeras más cercanas, pero no había tiempo para charlar, corrieron juntas tratando de escapar de ese inexplicable peligro

***

Las jóvenes recorrieron el edificio con celeridad sin prestar atención a las habitaciones que atravesaban, hasta que quedaron sin aliento

- ¿Qué está pasando? – pregunto patricia entre suspiros tras asegurarse que no las siguieran

- No lo sé – respondió Elizabeth, al tiempo que se apoyaba en una pared cercana, sin dejar de sujetar fuertemente a su hermana que se había desmayado de la impresión.

- ¿Quién era él? – pregunto Andrea

- no lo sé – volvió a responder Elizabeth

Las tres se miraron por un minuto confundidas sin saber que decir

- ¿te la sostengo un instante para que descanses? – rompió el silencio Patricia, refiriéndose a Constanza, Elizabeth acepto y solo una vez que el peso de su hermana se deposito en su compañera fue capaz de percatarse del gran cansancio que sentía en los brazos, después de todo por muy menuda que fuera la pequeña a sus siete años no era tan fácil de cargar, aunque para Patricia parecía una tarea sencilla ya que era bastante corpulenta por su contextura física resultaba evidente que tenía bastante más fuerza que la mayoría de las chicas del “illusions real school”.

Elizabeth contemplo por un instante a sus compañeras, con la media luz de la penumbra Patricia parecía un verdadero oso, y Andrea tan baja y menuda como siempre a su lado parecía aun más pequeña que de costumbre, era fácil entender por qué en todo el establecimiento la apodaban “chica” , llamo la atención de la joven el hecho de que ninguna de las dos llevara ropa de gala, sino que en su lugar traían ropa casual, de esa que usa alguien de su categoría social en un día cualquiera, era una cosa curiosa pero Elizabeth no estaba de humor para preguntar al respecto.

De pronto se escucharon unos pasos que interrumpieron las meditaciones de la joven...


sábado, 3 de septiembre de 2011

Misteriosa realidad - capitulo 4

Elizabeth camino por los pasillos decidida a no volver al salón de baile, después de todo no tenía tantas ganas de socializar como le habría gustado a su padre, en lugar de eso subió a las habitaciones se veía mucha gente por todos lados, ya eran las primeras horas de la madrugada y había bastante alcohol entre sus compañeros adolecentes por tanto lo que veía a cada paso no le sorprendía en nada, se escuchaban gemidos de placer a través de las paredes y se veían múltiples parejas en los rincones. La joven abrió una puerta con la esperanza de encontrar una habitación vacía y poder descansar, pero no tuvo suerte, encontró una pareja de chicas entre las sabanas que poca o mejor dicho ninguna atención le prestaron, Elizabeth la miro con curiosidad por un segundo dispuesta a marcharse de inmediato pero ahí junto a una desconocida pudo distinguir para su desgracia a Carmen, la chica por la cual su antigua novia la había dejado, una punzada de dolor acudió a su pecho ante el recuerdo de su un amor que aunque pasado no terminaba de desaparecer en su cuerpo, así que cerró la puerta de golpe y se alejo de la habitación tan rápido como pudo intentando escapar inútilmente de las imágenes en su cabeza.

Cruzo el edificio de extremo a extremo pasando por infinidad de habitaciones y encontrando sexuales escenas en cada una de ellas, chicos con chicas, chicas con chicas, chicos con chicos, en su recorrido vio todas las combinaciones posibles y en distintos números de integrantes, en mas de alguno le invitaron a participar al verla en la habitación, pero Elizabeth no estaba interesada, finalmente tras mucho caminar llego a una zona donde se observaba menos movimiento, no estaba segura de donde estaba exactamente, en ese sector el edificio volvía a parecer un colegio y por tanto reaparecían todos sus características, reconoció el laboratorio de biología y anatomía básica al pasar por, a esas horas de la madrugada el lugar parecía mucho mas tétrico de como lo recordaba, continuo entre los pasillos oscuros, hasta que desde la distancia distinguió una pequeña luz y se acerco a investigar. El aire se había vuelto denso y un olor extraño llenaba el ambiente, la débil luz parecía provenir de una puerta que no estaba cerrada del todo al costado de un largo pasillo, Elizabeth guiada por su curiosidad intento abrir la puerta pero le resulto imposible parecía estar bloqueada por algo muy pesado del otro lado, así que miro por la abertura que se formaba y pudo ver el destello titilante del fuego proveniente de un lugar bajo, quizás sea una vela en el suelo pensó, presto mas atención y logro escucha runos murmullos muy quedos.

De pronto se voltio rápidamente, le pareció escuchar un ruido detrás de ella, escruto el lugar con la mirada ayudada por la misma luz que salía de la puerta pero no logro distinguir nada sospechoso, le llamo la atención lo nublada que se veía la noche al mirarla por el ventanal ubicado al final del pasillo, puesto que todo el día hubo un cielo despejado, era extraño que el clima cambiara tan súbitamente, por lo que la joven se acerco a la ventana para observar la escena con detenimiento y a su costado izquierdo pudo distinguir una puerta que debía conducir a una habitación contigua a aquella que tenia la luz, toco la manilla de la puerta dispuesta a utilizar toda su fuerza, pero no fue necesario esta se abrió con facilidad casi por si sola sin hacer el menor ruido.

La habitación era amplia y tenia infinidad de cajas en su interior, probablemente era utilizada como bodega, Elizabeth se acerco a la pared que separaba la dos habitaciones, poniendo el oído contra el cemento con la esperanza de poder escuchar algo, al poco tiempo el murmullo se hizo presente, guiada por el sonido recorrió la pared hasta llegar al vértice con la pared opuesta a la puerta, o al menos eso era lo que esperaba Elizabeth puesto que al llegar al lugar donde debían unirse ambas paredes había un estrecho espacio, parecía una especie de pasadizo secreto que no había sido cerrado del todo, quizás por prisa, quizás por seguridad, la joven miro por la abertura e inmediatamente pudo distinguir una larga escalera en disenso y a los pies de ella un brillo igual al que había visto en la habitación contigua, guiada por sus instintos trato de empujar la pared con la fuerte intención de entrar por el pasadizo, pero esta resulto inamovible, sin embargo la abertura era mayor que la había en la puerta de la anterior habitación anterior quizás podría entrar por ella de todos modos, por lo que sopeso las posibilidades e intento introducirse, la tarea era difícil ya que tenía que contorsionares y no deseaba usar demasiada fuerza por el riesgo que implicaba rodar por las escaleras al atravesar la entrada con demasiado ímpetu.

El murmullo de las voces se hacía más fuerte y claro a cada milímetro que Elizabeth lograba avanzar, poco a poco logro distinguir las palabras pero fue incapaz de distinguir su significado o el idioma del que provenían, por lo que intento ir memorizando la mayor cantidad de palabras posibles sin descuidar su tarea.

¿Qué haces Eli?