martes, 14 de febrero de 2012

Capitulo VI “Debelando un poco del pasado”

El viaje fue rápido y sin inconvenientes, como los Ángeles no se encontraba tan lejos de donde se ubicaban a las 7 de la mañana ya estaban adentrándose en una habitación de hotel preparándose para descansar.

- ¿Me dirás quien es o tendré que averiguarlo por mis propios medios? – pregunto Gwen mientras desayunaban

- ¿Quién es quien?- contra pregunto Eliot en un intento absurdo de hacerse el desentendido, Gwen lo miro con expresión ofendida

- El motivo por el que estamos aquí – afirmo intentando lograr una respuesta de su novio

- ¿tu me dirás como llegamos aquí?- volvió a preguntar, en forma de ataque y defensa, cambiando de tema y recordándole a su amada que estaban en igualdad de condiciones. Ambos guardaron silencio por unos minutos sin apartar la mirada el uno del otro, como tratando de descifrar el alma tras las caretas.

- No podemos seguir así – exclamo Gwen finalmente con expresión cansada – yo confió en ti ¿que quieres saber? – Eliot se quedo atónito, Gwen tenia razón no podían seguir así desconfiando el uno del otro, ya estaban en el punto donde debían decidir si confiar o separarse y ella estaba dispuesta a confiar.

- Es mi hermano – a nuncio finalmente, esperando toda una sucesión de preguntas al respecto

- Ya me parecía que eran parientes, se parecen mucho – respondió ella con delicadeza

- ¿Cómo sabes que nos parecemos? – ahora era el quien se llenaba de preguntas pero Gwen saco un papel de su bolsillo y respondió la mayoría de ellas, era la misma fotografía que le había entregado Greg, era fácil deducir como había llegado a sus manos.

- ¿hace cuanto que no lo vez? – pregunto ella sacándolo de sus cavilaciones

- Mas de 10 años – respondió el dispuesto a hablar, buscando el perdido recuerdo en su memoria

Yo solía vivir con mi padre y Adler, puesto que mi madre había muerto cuando era pequeño, la vida era difícil, mi padre bebía mucho y muy de vez en cuando nos golpeaba, pero fuera de eso era buen padre se preocupaba de nosotros y nunca dejo que nos faltara nada, mi relación con mi hermano por otro lado era particularmente buena, se ocupaba de mi como un padre y yo confiaba en él como en mi mejor amigo, de hecho rara vez paliábamos y teníamos pocos conflictos entre nosotros. Una día cuando tenia 15 años llegue tarde de la escuela, era primavera y se sentía la brisa cálida en el aire en todos lados, salvo en mi casa, la puerta estaba abierta y papá no estaba sin embargo se escuchaba mucho movimiento, así que entre sigiloso pensando que había un ladrón, pero en lugar de eso encontré a Adler, estaba sangrando de la cabeza, pero parecía no importarle, simplemente se apresuraba en guardar todas sus cosas en una maleta.

- ¿Qué pasa?- pregunte asustado, pero no tuve respuesta - ¿estas bien? ¿A dónde vas? – empecé a cuestionar desesperado, pero Adler solo se limito a mirarme

- Tengo que irme- anuncio finalmente

- Pero estas sangrando – proteste

- No es nada- fue lo ultimo que dijo antes de intentar salir, pero yo le corte el paso

- Déjame pasar Et – apelo con seriedad

- No, hasta que me digas que esta pasando – Adler me miro fastidiado y con un solo brazo me arrojo al piso, no solía ser un tipo violento pero sierpe había tenido una fuerza descomunal.

- Me voy Et, no se cuando vuelva o si algún día lo hago, pero siempre estaré cerca – fue lo ultimo que dijo antes de salir por la puerta.

Creo que no hace falta decir que nunca mas volvió, solo tuve noticias de él dos veces después de eso, la primera fue cuando cumplí 16, aun lo extrañaba mucho, vivir únicamente con papá era casi como vivir solo ya que el iba del trabajo a las cantinas y rara vez pasaba por la casa, luego de que Adler se fue el viejo se veía particularmente triste y no había nada que le sacara una sonrisa, por lo cual no esperaba celebración para mi cumpleaños y mucho menos regalos, pero para mi sorpresa cuando entre a mi habitación esa tarde encontré un paquete sobre mi cama, entusiasmado lo abrí con celeridad, era una cámara fotográfica semi profesional, no la mejor del mercado pero para alguien como yo que no sabía nada de fotografía era un verdadero lujo, busque la tarjeta sorprendido de que mi padre pudiera pagar algo así.

“Cada imagen es un recuerdo, cada ilusión es parte de un sueño y cada sonrisa soñada merece ser recordada.”

Cuídate mucho hermano, y alcanza tus sueños, sabes que siempre estoy contigo.

Adler

Era todo lo que decía, en ese momento hubiera vendido mi alma con tal de ver a mi hermano un par de minutos y el saber que había estado tan cerca me llenaba de emoción, lamentablemente no tuve la oportunidad de volver a verle hasta unos años después.

Cuando tenia 18 años mi padre falleció producto de una pelea en un bar, siempre pensé que terminaría así y por lo visto no me equivoque, cada vez que una gota de alcohol tocaba sus labios buscaba pelea de forma desesperada como si intentara luchar con un enemigo que estaba fuera del alcance de sus manos pero que proyectaba en sus compañeros de bebidas, y tuve razón por lo que me entere había iniciado una pelea nuevamente sin motivo y entre golpes y golpes habita tropezando producto de la bebida y acabo estrellando su cabeza contra el borde de la barra del bar, fue un triste accidente pero no tuve mucho tiempo para llorarle puesto que como única familia, me correspondió planear el funeral y realizar todo los tramites al respecto. Lo enterramos una tarde de septiembre en un enorme parque cementerio, hubiera querido enterrarlo junto a mi madre, puesto que a pesar de los años siempre fue su único amor, pero nunca tuve certeza de donde estaba ella.

La ceremonia fue breve y con pocos asistentes ya empezábamos a retíranos cuando vi a Adler, había intentado contactarle para comunicarle lo ocurrido pero no había tenido éxito, asi que me encontraba realmente sorprendido al verlo. Vestía completamente de negro y había crecido varios centímetros, además se había dejado creer el cabellos hasta las orejas, probablemente para disimular un poco la cicatriz que cruzaba su rostro, y se encontraba bastante mas delgado, sin embargo mas allá de eso seguía siendo el mismo Adler totalmente inconfundible. Se acerco a mi sin decir palabra alguna y me abrazo de forma reconfortante, creo que fue la primera vez que llore por todo lo que había pasado, me sentía seguro junto a mi hermano a pesar de que en los años a solas con mi padre habían generado una gran independencia en mi. Cuando nos separamos recuerdo que lo mire y pensé que se quedaría, que volvería a vivir conmigo y que respondería todas las preguntas que había logrado formular durante los años de su ausencia, pero él adivinando mi pensamiento solo se limito a decir

- Estarás bien – mientras me entregaba un sobre, volvía abrazarme brevemente y se marchaba

Pensé en ir tras el, pero no lo encontré sentido

- ¿Qué había en el sobre?- pregunto Gwen de pronto recordándole a Eliot su presencia.

- Diez mil dólares en efectivo y la documentación de una cuenta bancaria, Adler me deposito en ella durante algunos años, pero cuando me establecí como asistente de fotografía deje de cobrarla y con el tiempo el dejo de depositar, desde entonces no e vuelto a saber nada de él.

Gwen lo miro perpleja sin saber muy bien que decir, le alagaba esta muestra de confianza, pero al mismo tiempo le afligían los pesares de su novio, al menos ahora entendía varias cosas, o al menos eso creía. Tiernamente se acero a Eliot y lo beso

- Pero ahora lo encontramos – dijo con dulzura mientras acariciaba su mejilla

- Aun no estoy seguro de querer hablarle – reconoció Eliot algo cohibido, pero una sonrisa trasquiladora se dibujo en el rostro de Gwen y sin tener razón alguna para creerlo supo que todo estaría bien.