A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad
a veces es preferible una oscuridad sin sombras
una obscuridad sin sombras que la luz contrastada
precisamente, aunque soy amante de la luz, no puedo negar que la oscuridad nos hace iguales
no distingo rostros ni siluetas.... estamos todos vulnerables
del mismo modo cualquiera puede convertirse en agresor, incluso yo, incluso tu
incluso el aire se vuelve agresivo... el respirar cada vez más violento
el miedo, la agitación, la excitación, todo puede parecer lo mismo inserto en la rotunda oscuridad
solo... se siente
a veces, solo se vive
a veces solo se sienten los latidos... ni el aire que respiramos se logra sentir
es que a veces, es lo único que importa, ¿de qué sirve el aire si los latidos ya no resuenan en las paredes?
los latidos son vidas, quien no acorrido el riesgo de que su corazón explote, no merece llamar vida a la cotidianidad de sus días
vida... es lo único que quiero
sin importar cuanto se busque, es ella la que nos encuentra
es la que nos sonríe
y nos mantiene en este mundo
y deja soñar...
tocándonos con un rayo de luz en medio de la oscuridad
y secando cada lagrima que derramamos por estar ahí...
devolviéndonos la esperanza a pesar de las tinieblas que flagelan la luz
esperanza de sentir... de reír... de vivir
la curiosa circularidad de la emoción, la vida y lo real que le dan ritmo y forma al día a día
el día a día...
lo único que no podemos elegir es el momento de nuestro nacimiento, evento que de algún modo determina nuestro diario vivir