sábado, 21 de septiembre de 2013

El Final

“Pásame la leche cielo”
 La frase resuena en el aire enmascarando una orden con una petición, endulzando las palabras con aquel sobrenombre que dejo de tener una connotación afectiva y se convirtió  simplemente en uno de los tantos arcaísmos perdidos de lo que fue un gran amor, hoy simplemente muestra de la costumbre en la cotidianidad que devora los días.

-          Pásame la Leche, Cielo- repitió  Camila mirando la caja que se encontraba justo del otro lado de la mesa, ciertamente podría estirarse para alcanzarla pero no estaba de humor para ello.
-          Esteban – exclamó perdiendo la paciencia,
-          ¿Sí? – preguntó el aludido escapando por primera vez de sus pensamientos internos a lo largo de esta mañana.
-          Que me pases la leche- ordeno molesta.
Acto seguido Esteban tomo la caja de rectangular y la dejo unos pocos centímetros más cerca de Camila, aun lo bastante lejana para poder tomarla sin estirarla.

-          ¿es broma?- pregunto la afectada.
-          ¿Qué cosa?
-          Si no querías pasármela, solo tenías que decirlo.
-          ¿Por qué tienes que ser tan buena para reclamar?
-          No es cosa mía, tu eres el que no coopera en nada.

Esteban se detuvo un momento antes de contestar para mirar a su mujer por encima de sus lentes de marco grueso, era la misma persona con quien había compartido sus días los últimos tres años, la misma persona que veía cada mañana, y con la que tenía la misma discusión cada cierto tiempo pero aun aquella confrontación se había vuelto fría. Camila lucia frente a él estoica inamovible, su ondulado cabello castaño no se despeinaba  en lo más mínimo ante sus fingidos accesos de emoción, sus delgados labios no se fruncían como ocurría cuando algo realmente le molestaba.

-          ¿Qué quieres de mi Camilla?
-          No te hagas el buen samaritano, solo te estoy pidiendo un poco de colaboración
-          Trabajo todo el día, estoy al tanto de que no te falta nada, te acompaño y te consiento, sabes que he dejado todo por ti
-          ¿crees que yo no he hecho nada? – preguntó retóricamente- vamos no era necesario que  tirarte al piso a llorar solo te estaba pidiendo al leche- exclamo mientras se levantaba de la mesa  con ademan ofendido
-          No vas a desayunar – preguntó  Esteban
-          No tengo hambre
-          Como quieras – exclamo indifernte.

Camila miro a esteban, ahí con la mirada baja, tras una taza de café se encontraba el hombre con quien había compartido sus noches aquel que se encontraba a su lado en el despertar de cada mañana, aquel que nunca había dado grandes motivos de queja pero tampoco de alabanza, el hombre que había elegido y al que estaba acostumbrada pero que simplemente no se sentía tan bien a su lado.
-          ¿Por qué eres tan frio?
-          ¿Por qué eres tan manipuladora?

Las palabras se cruzaron entre miradas tan conocidas que era difícil diferenciar si realmente habían sido pronunciadas o simplemente se interpretaban a través de los ojos. Era una discusión de nunca acabar que volvía a comenzar, es cierto su vida era tranquila y realmente no había intención suficiente de modificarla, pero entre las discusiones de cada mañana y los abrazos culposos de cada noche ambos sabían que no era suficiente.
La discusión se prolongó un poco más que lo acostumbrado, empezaban a desgastarse con cada palabra
-           ¿Cuál es tu problema? – Pregunto Camila finalmente – ¿me quieres?
-           Si - respondió Esteban de forma automática
-          ¿entonces?
-          Es solo que no quiero seguir así
-          Entonces es todo.

Esta vez Esteban no tuvo la suficiente energía par a continuar, tomo su maletín y se marchó a trabajar, con la inquietante esperanza de que esta fuera solo una discusión más y que al volver a asa todo sería como siempre, pero en el fondo sabía que no era así, retardo su vuelta a casa prolongando la espera de lo inevitable. Al volver aquella noche supo al ver los ojos de Camila que esta vez todo había terminado.
Una vez el punto final estuvo firmado y no había nada más que hacer, volviendo a clama u secando las lágrimas, Camila se sentó en la cama y converso con su compañero como lo había hecho tantas veces antes de ser pareja, como lo había hecho cuando eran amigos.

Es curioso – comenzó a decir- la gente piensa que las relaciones terminan por infidelidades, por falta de sexo, por mil y una cosa pero la verdad es que terminan por cosas tan simples como discusiones por la leche.

-          Tampoco es que tuviéramos mucho sexo. respondió Esteban con una sonrisa cómplice
-          Quizás debimos dejarlo antes- respondió ella con una risita mientras dejaba escapar un par de lágrimas.
-          Sabes tienes razón- apoyo el hombre mientras se acercaba y secaba las lágrimas de su compañera con sus manos, un acto tan arraigado que le resultaba imposible  renunciar a el -  lo cierto es que las discusiones por cosas como la leche terminan relaciones, pues cuando llegas al punto que eso te importa lo bastante para reclamarlo y no lo suficiente para hacer algo al respecto, la relación simplemente está perdida.


Ambos se miraron a los ojos y entre lágrimas se abrazaron por última vez sabiendo que este era el final.