domingo, 17 de junio de 2012

Sangre para la vida


Click-clock fue el ruido emitido por el revólver al soltar el seguro

-          Dame un motivo para no volarte los sesos- Exclamo Alexandra mientras apuntaba a la cabeza de Gustavo, pero este no se dio  por aludido y sin siquiera  levantarse de sus asiento se limito a mover los hombros en señal de que se daba por enterado y de que no le interesaba en lo mas mínimo.
-          ¿no tienes nada que decir? – insistió ella.
-          ¿para que?- contrapreguntó aun dándole la espalda, como si le regalara sus palabras al viento, solo para romper el silencio.
-          Te estoy dando una oportunidad de vivir, ¿Qué acaso no te importa?
-          Si quisieras matarme, ya lo habrías hecho.

El sonido de un disparo resonó en las paredes como punto final de un relato mal escrito. Alexandra cayó al piso herida por el peso de sus propias acciones. Gustavo se levanto lentamente y guió sus movimientos hasta posicionarse a su lado.

-          Débil hasta el final ¿verdad encanto? – Pronuncio mientras se acuclillaba para acariciar su cabeza
-          ¿de qué sirve de tener un arma si la disparas contra el viento?- preguntó Gustavo con verdadera confusión

Solo sollozos fueron su respuesta.

-          Terminemos con esto- busco entre los bolsillos de su pantalón y saco una navaja, aquel instrumento fiel que lo había servido tantas veces, finalmente era la única compañera incapaz de abandonarlo, la levanto un instante para que el frio brillo del sol se reflejara en su hoja y con el impulso de la decisión la deslizo grácilmente por blanco cuello de Alexandra, bañando levemente la nieve de ese tono carmesí que tanto le gustaba.

-          No todos podemos ser asesinos- exclamo con tristeza mientras veía como lentamente se apagaba la chispa de vida dentro de los ojos de  su última víctima.



domingo, 10 de junio de 2012

Identidad


Es en ese momento donde a solas en medio de la oscuridad cruzan las miradas descubriendo la empatía y la identificación con aquel que ha cometido tus mismos crímenes.

 Somos simples asesinos compartiendo la misma celda.