miércoles, 29 de septiembre de 2010

Capitulo V “Cambio de direcciones”

Poco a poco empezaban a deslizarse unas gotas por el cristal de la ventana, se hacia tarde y Elliot aun no volvía al hotel, Gwen encendió la radio para tranquilarse rápidamente el sonido invadió la habitación, sonaba Godbye my lover de james Blunt, se sonrió para si misma ante este intento de burla por parte del cosmos. Una suerte de paranoia penetraba su cuerpo llenándola del conocido pensamiento de que su novio no volvería, pero esta vez no se dejo convencer por estos pensamientos, ya estaba bastante cansada de la situación, Elliot no era ninguna mascota para tenerlo atado y esa era la filosofía de su relación ella lo dejaba ir y le daba la opción de volver, pero su actitud inerte estaba a punto de cambiar después de todo ella había obtenido todo lo que se proponía durante la mayoría de su vida y esta no seria la excepción además por primera vez desde que había conocido a este peculiar sujeto tenia algo de libertad para participar de forma activa en la vida de su novio sabia exactamente donde estaría y desde un comienzo este había sido un desafió personal para ella, amaba a Elliot tanto como se permitía a si misma amar y quizás mas, pero el descubrir su misterio se había convertido en un desafió personal para ella y ahora Greg le había entregado el punto de partida, apago la radio y busco en su bolsillo aquel papel disimuladamente este recién conocido había puesto en sus manos llegado el momento de despedirse.

Parecía un papel sin importancia como cualquier otro se encontraba doblado en cuatro, con un numero de teléfono y una dirección en los Angeles escrita a mano en la parte del papel que daba hacia fuera, al desdoblarlo del todo pudo ver su interior, era la fotografía de un sujeto en una librería estaba algo borrosa pero aun así se distinguían sus rasgos, escruto sus facciones detenidamente durante unos minutos, curiosamente le resultaba familiar a pesar de no recordar haberlo visto antes, vestía un impermeable así que no era mucho lo que se podía apreciar de su figura, era alto aparentemente delgado, pero no era eso lo que llamaba su atención, su vista se fijo rápidamente en una cicatriz que cruzaba su rostro desde el borde de la ceja izquierda delineándose por el borde de la cara hasta desaparecer a mediados de la oreja del mismo lado era delgada pero lo bastante prominente como para no desaparecer por la mala calidad de la foto pero a pesar de lo intrigante de esta característica no pensaba pasar por alto ningún elemento de este sujeto así que continuo observando, usaba unos anteojos rectos de marco metálico y el cabello recogido en una coleta era de un color castaño, muy similar al de Elliot pero un par de tonos mas claro como si no hubiera estado expuesto al sol en mucho tiempo, entonces lo noto, el hombre de la fotografía a pesar de la evidentes diferencias y los anteojos se parecía mucho a Elliot, tenían el mismo mentón y la misma nariz incluso ese deje de sonrisa que veía en al foto había sido detectado muchas veces por ella misma en los labios de su novio, resultaba evidente que eran parientes, pero a pesar de esto algo en él, en su mirada o en su figura no le gustaba.

¿quién será?- se pregunto una y otra ves mirando la fotografía, después de mucho meditarlo la curiosidad le gano a su desconfianza, miro el reloj por ultima vez y tomo una decisión iría a ver a este sujeto con Elliot o sin él, después de todo ella era mucho mas capas, de lo que su novio se imaginaba, de hacer muchas cosas, encontrar a alguien no le seria problema. Lo primero seria salir de allí, así que tomo su teléfono celular y marco aquel conocido numero al que tanto detestaba llamar pero que era imprescindible en este tipo de situaciones.

***

Elliot entro a la habitación al momento justo en que Gwen terminaba una conversación por su móvil alcanzando a escuchar solo las ultimas palabras

- dile que estoy bien y gracias- fue lo ultimo que dijo antes de colgar el teléfono, al voltearse vio a Elliot, parecía sorprendida.

- no esperabas que volviera ¿verdad?

- debo reconocer que me sorprendes- afirmó mientras se cruzaba de brazos, algo en ella se veía diferente a la mujer que había dejado antes de ir a dejar a su amigo al aeropuerto

- tengo que irme

- ¿y volviste solo para decirme eso?

- es mas complicado de lo que parece Gwen

- solo porque tu quieres que sea así, confía en mi- poco a poco se puso de pie mientras pronunciaba las palabras con tal gracia y agilidad que al finalizar la frase se encontraba frente a él con sus brazos alrededor de su cuello mirándolo a los ojos.

- tengo que irme – repitió quedamente- te daré dinero para que regreses a casa o para que salgas de aquí

- llévame contigo- suplico dulcemente mientras lo besaba.

Elliot la miro a los ojos y por primera vez en meses supo que si la dejaba ahora, la perdería, no porque no volviera a verla sino porque las cosas no serian lo mismo, se sentía poseso por sus ojos, ciertamente no la había visto tan segura de si misma desde la noche que la conoció, con esa seguridad que sin importar lo que el dijera ella conseguiría lo que quería, y que el no era mas que un elemento mas de la sartén cuyo mango se encontraba en sus manos, lo unico que esperaba de él era una decisión final o quizás solo la constatación de un hecho pues a ella no parecían desagradarle ninguna de las alternativas que se deslumbraban como resultado, no quería perderla, menos aun cuando la volvía ver a así con en ese rasgo tan propio de ella que lo intrigo y cautivo desde el primer momento, ahora formular la respuesta a la pregunta inexistente era una mera formalidad.

- Vamos- respondió finalmente y una sonrisa complacida se figuro en los labios de Gwen, quien rápidamente empezó a dar vueltas por la habitación guardando todo en las maletas.

- Tranquila- quiso detenerla Elliot- descansemos esta noche será un largo viaje en carretera

- No lo creo guapo, tenemos que tomar un avión en tres horas, tu Jeep se va por encargo- Elliot la miro sorprendido

- ¿en avión? Y ¿se puede saber a donde?

- A los Ángeles por su puesto- una sonrisa de medio lado y una mirada de algo parecido al orgullo fueron las únicas respuestas que obtuvo de su novio antes de que la acompañara en la recolección.

Ciertamente su novia le sorprendía y mucho, ya tendría tiempo de descubrir como lo había averiguado, cuanto sabia y como había obtenido el dinero para los pasajes en avión. Ahora solo quería disfrutar de esta sensación era una situación llena de misterio y del todo excitante de haber tenido un poco mas de tiempo la habría tomado entre sus brazos, la desvestiría fiereza y la haría suya una y otra vez, pero tiempo era lo que menos tenían. Además mas allá de Gwen tenia otros misterios que resolver, otras palabras que elegir y otras decisiones que tomar, decisiones que removían un pasado vivo que por demasiados años había tratado de olvidar, un pasado plagado de misterios que se le habían figurado tan difíciles de develar que había preferido olvidar su existencia, un pasado que volvía con la amenaza de convertirse en presente, un pasado que era suyo, pero no solo suyo.

martes, 14 de septiembre de 2010

Corazón de cenicero

Estabas tan solo cuando te vi por primera vez, tu sonrisa fue lo que lo cambio todo, la sonrisa de un chico triste y desolado el gesto ante mi presencia, así que me vine contigo a este hermoso lugar y deje de fingir ser quien no era, te prometí estar contigo por siempre y acompañarte en tus locuras que eran también las mías.

Hasta que hiciste una propuesta a la que no pude acceder, te molestaste, me gritaste, rompiste cuanto estuvo a tu alcance hasta que te cansaste, confiada de que todo había acabado como un berrinche mas, me dormí en la que tantas veces fue nuestra cama, segura de que estaría bien, de que estarías bien, de que estaríamos bien, pero no fue así.

Desperté entre tu locura con las extremidades atadas siendo incapaz de moverme. El humo salió de tu boca con olor a tabaco sonreíste con tu ultima mirada antes de dar el paso que cambiaria nuestra historia, que bonito se te veía ese traje negro mas aun ahora que esta teñido de carmesí, te vi pasearte por la habitación mientras el humo empezaba a rodearnos, miraste tu reloj, era la hora te acercaste a mi y como ultimo adiós apagaste tu cigarrillo en mi pecho justo sobre mi corazón.

Me dejaste por no poder acompañarte cuando todo se cubrió de fuego, era lo correcto estar juntos aunque este fuese nuestro final, abriste la ventana y diste tu salto a la eternidad, no sin antes reprocharme no cumplir mi promesa, pero no podía seguirte, no podía acompañarte no saltaría contigo a pesar de que el quedarme parecía significar mi final.

Descubrí que podía soltarme con facilidad rápidamente , lo planeaste para darme la oportunidad de elegir y me quede con mi corazón de cenicero en lugar de seguirte. Finalmente las llamas se apagaron y yo salí caminado con tranquilidad, vi las sabanas teñidas de sangre mire hacia abajo y me pregunte si habrás estado muerto antes de cruzar los doce pisos que nos separaban del pavimento.

Salí de la habitación tome el ascensor sin ningún apuro, encendí un cigarro para acompañar la espera y llegue a tu lado antes de consumir la mitad de él, vi tu cuerpo maltrecho, tire mis cenizas sobre el músculo de tu pecho que estaba descubierto, desgarrado mostrando tu negro corazón de fumador, el humo desapareció y supe que ese era nuestro final.




Inspirado en la canción
Ashtray Heart de Placebo

jueves, 9 de septiembre de 2010

Cap. 1: Ella

Tras recibir la propuesta irrechazable Willyen caminaba insomne en espera del viaje. Ciertamente se enfrentaba a lo desconocido e ignoraba del todo que se esperaba de él y como debía comportarse. Las ideas eran confusas en su mente, tal vez debería de seguir el consejo de su maestro y amigo, pensó, pero rechazo la idea al instante después de todo el repaso de sus técnicas sexuales no le tranquilizaba ni le era necesario, en su currículo se encontraba destacada su graduación como uno de los alumnos mas brillantes tanto en Técnicas de la Sexualidad como en Culturas Sexuales ambas clases de nivel superior, se sonreía ante si mismo al recordar lo fácil que le había resultado eximirse de un examen practico al aplicar una técnica tantrica sobre su instructor provocándole un orgasmo en plena clase, pero esos recuerdos no lo hacían sentirse mas seguro en esta situación, después de todo hace décadas que los llamados concubinos habían dejado de ser unos meros juguetes sexuales y a pesar de los rumores sobre ella, la normalidad aparente de la situación no hacia mas que producirle un inmenso desconcierto.

Frustrado e insatisfecho de si mismo y sus propias respuestas tomo conciencia del lugar donde lo habían llevado sus pasos. La sala del oráculo, el lugar correcto en el momento preciso- pensó para si mismo- Tenia una duda en su mente y probablemente obtendría su respuesta pero debía ser cuidadoso, estaba conciente que cada persona solo podía hacer una pregunta cuando transcurriera a lo menos un año desde su pregunta anterior. Medito cuidadosamente sus palabras y hablo firme y claro para que no existiera la menor confusión.

¿Cómo debo comportarme ante Sybille?- preguntó expectante de la respuesta. El sonido retumbó en las paredes durante varios segundos antes de desaparecer

-Sybille como la conocen todos- pronunció la voz con un tono particularmente anciano- es la nombradora, creadora y dueña única de Concubine Sybille es la persona publica mas desconocida de nuestra sociedad actual, posee una apariencia atemporal que le brinda la capacidad de lucir de la edad que mas le acomode según la circunstancia. Tu actitud frente a ella podría significar un símil al cumplimiento de un sueño en caso de ser de su agrado o tu muerte por desmembramiento o degollación en caso contrario –Willyen se estremeció ante la posibilidad de una muerte prematura, a pesar de estar conciente de antemano de ella, el escucharla no hacia mas que acrecentar sus nervios, pero fue paciente y espero a que la voz terminara de hablar conciente que el interrumpirla solo significaría dejar su respuesta a medias.

-el actuar frente a ella- continuo la voz- es difícil de describir puesto que intuitivamente ella tiene la capacidad de saber si mientes, si finges o si intentas impresionarla sin que esto juegue necesariamente en tu contra. Se te propone ser sensible sin dejar de ser firme, agresivo sin abandonar la tranquilidad, entusiasta y despreocupado, no debes intentar agradarle ni tampoco permitirte que te odie si aprecias tu vida. Ella es la chica de los mil encanto admirada, temida y odiada por muchos, reina y diosa. Para tratarla se necesita de un equilibrio impropio de un ser humano y que ni aun logrando crearlo asegura ser de su agrado. Por lo tanto se te darán dos consejos para tu actuar que son mucho mas respuesta que la que ameritaba tu pregunta. – Willyen escucho atento ante la posibilidad de una dirección concreta.

-El primero - pronuncio la voz con total solemnidad - cuando te presentes ante ella tu mejor opción es ser tu mismo, posibilidad que es en si misma un arma de doble filo puesto que el desagradarle a Sybille podría llevarte a un horrendo final, pero si por el contrario le agradas te sentirás cómodo en un mundo que tu mente es incapaz de imaginar. Y el segundo, no te enamores. – el oráculo callo y el silencio invadió la habitación.

- ¿Qué significa eso?- pregunto Willyen desconcertado pero no obtuvo respuesta. Totalmente conciente de que el insistir en sus preguntas seria un esfuerzo vano, devolvió sus pasos a su habitación. – que asco de consejo- murmuro para si mismo mientras entraba en el dormitorio, se tendió sobre la cama y para su sorpresa se durmió con facilidad.


sábado, 4 de septiembre de 2010

El Último Sorbo


Quiero morir entre sus brazos,

Imaginando que me ama mas y mas.

Como otra canción de corazón roto,

Como una historia mas en este bar.


Y no me miren con asombro,

Que en esta barra nos vemos igual,

caminado entre los escombros

de esos pasados que no volverán.


Quiero mas fruta en mi copa,

Que este trago esta por acabar,

Quiero emborracharme con cada gota

Que esta alma, no da mas.


En el licor busco sus labios,

Pero mis penas ya sabe nadar,

Miro los rostros desanimados,

Se que las cosas no cambiaran


Quiero mas fruta en mi copa,

Que este trago esta por acabar,

Quiero emborracharme con cada gota

Que esta alma, no da mas.


Quiero mas fruta en mi copa

Que ya mi trago esta por acabar

Voy a beber hasta la ultima gota

Y alzare mi vaso por nuestro final.