domingo, 30 de octubre de 2011

Despedida tardía

Caminando desolada, sangrando por heridas que nuca sanaran, llenando el asfalto de carmesí y los ojos de sal, camina ella la muñeca de porcelana que a pesar de las trisaduras no puede dejar de caminar, no es capaz de detener sus pasos, ella cuyo andar parece imposible y que sin embargo no puede arrojarse al suelo a buscar el descanso final.

Entre las callejuelas escucha ecos de la gente, la vida siempre parece un murmullo lejano a sus oídos, quizás escucho su nombre escapando de una de las pocas gargantas que creen conocerla, pero incapaz de reconocerlo, incapaz de detenerse continua su camino.

Su paso es lento, sus pies descalzos, sus ojos asustados como venados, rodeada por los muros imaginarios de edificios mohosos que se irguen en su mente, no puede ver nada mas que sus recuerdos pasar, siempre es de noche, siempre es una despedida incapaz de olvidar, una y otra vez puede ver el chasis de un auto alejarse hasta desaparecer, “puedo soltar tu mano, puedo verte desparecer, puedo decirte adiós una ultima vez para volverte a haber” repite en un murmullo eterno.

Es muy tarde para decir adiós cuando tu alma ya esta unida y las distancias no la pueden separar, es muy tarde decir adiós para quien no hay nada después de la despedida.

El bosque se quema al costado de la carretera, el calor entibia sus huesos, el lago del otro lado del camino refleja su imagen envejecida y cansada entre llamas, pero no se quema, no es posible decir adiós, no es posible detener su paso, solo marcha avanza, deambula en busca de un final que se niega a aceptar.




Inspirado en la canción "Late Goodbye" de Poets ofe the fall

domingo, 23 de octubre de 2011

Pesadillas

Sangre, masacre y muerte, escenas que harían temblar hasta el más rudo de los hombres eran cotidianas para él, irónicamente su mente era torturada por imagenes mucho más luminosas, que cada día lo despertaban sudando frio, que gran sorpresa fue para el descubrir que podía sudar. Intranquilo, insomne se giraba una y otra vez en intentos vanos por conciliar el sueño, pero era inútil, frustrado finalmente decide levantarse y caminar entre el polvo del ático que a escogido como refugio en esta ocasión solo por el hecho de hacer algo, entre las maderas se cuelan hasta sus zapatos pequeños ases de luz con los que juguetea aburrido.

Distraídamente se acerca hasta la ventana y mira hacia la calle, este era un poblado tranquilo sin muchas emociones, sin gritos en las calles, sin peleas de cantinas, ciertamente no era un sitio para él y su naturaleza demoniaca, nostálgico y cabizbajo pasea su mirada por la calle bajo la ventana, era una pasaje completamente despejado, salvo por una lejana silueta que caminaba lentamente de oeste a este, puesto que se encontraba a contraluz el eterno joven tardo unos minutos en distinguirla con claridad, era una mujer, una doncella joven de no más edad que la que el mismo representaba, a medida que se acercaba dudaba de su vista, sus rasgos conocidos resultaban irreales, tenían que serlo, después de todo era una imagen que no había visto en más de 100 años, no obstante era ella, no podía equivocarse, sus ojos verdes, su piel clara, su cabello carmesí como la sangre , hipnotizado por sus dudas no fue capaz de reaccionar antes de que la muchacha pasara bajo su ventana, al tomar conciencia de esto salto raudo sin pensarlo dos veces y se deslizo entre las paredes de los edificios, no estaba seguro de que haría, solo tenía la conciencia de que no podía dejarla ir .

-Aurora- grito una vez sus pies tocaron el piso, olvidando toda compostura y resguardo, la joven sin embargo no pareció orlo, no se voltio ni altero su paso.
-Aurora – grito nuevamente con mas desesperación, y al no recibir respuesta acelero sus pasos hacia ella, pero por más que corría ella, parecía mas lejana, finalmente en un esfuerzo extremo la alcanza y emocionado la abraza por la espalda. No obstante la supuesta Aurora sigue sin reaccionar, preocupado la gira para ver su rostro y la imagen paralizo su cuerpo, en lugar de verdes ojos encuentra cuencas vacías que derraman sangre, piel grisácea y arrugada cubría sus mejillas y una expresión de horror atravesaba su rostro.

sorprendido el joven la aparta de si producto de su fuerza incalculable la joven cae al piso, débilmente intenta levantarse y tras un par de caídas lo consigue, dándole la espalda continua su marcha dedicándole una mirada de soslayo mientras se alejaba, su rostro volvía a ser radiante como la Aurora, sus ojos tristes y su paso dudoso pero firme. Una vez más grito su nombre , una vez más trato de alcanzarla pero fue inútil, el brillo del sol escondía su silueta. El cálido brillo del sol, el mismo que muchos disfrutan, el mismo que quema su rostro, de súbito Hectomecus se levanto de súbito, un as de luz se colaba entre las maderas dándole directo en la frente quemando su delicada piel, pero el dolor que sentía producto del calor era ínfimo comparado con la desesperación de los errores y sueños perdidos, “míseras pesadillas” murmuro mientras regresaba a la posición anterior permitiendo que el sol lo quemara unos minutos más.



domingo, 16 de octubre de 2011

Héctor

¿han escuchado alguna vez hablar de la Ilíada? ¿no? Pero imagino que conocen el “caballo de Troya” o al menos les suena, pues permítanme refrescarles la memoria el caballo de Troya es un enorme caballo de madera que utilizaron los griegos para entrar en la amurallada ciudad de Troya. Ahora que lo sabe estamos en la misma sintonía, pero retrocedamos un poco, antes de lograr entrar a Troya lo griegos estuvieron alrededor de 10 años luchando con los troyanos. Todo esto como imaginaran esta descrito en la novela clásica de la mitología griega llamada la Ilíada.

Al pensar en la guerra de Troya la mayoría piensa en Paris, Helena y Aquiles que son los protagónicos de la historia, otros por su parte recuerdan a Ulises, no obstante hay un personaje no muy recordado en esta tragedia que siempre me a llamado la atención, Héctor.

Héctor, conocido como el temible Héctor, es el hermano mayor de Paris, primogénito de Hécuba y Príamo, gobernante de Troya, se encontraba Casado con Andrómaca, tuvo un hijo llamado Astianacte y pereció bajo la espada de Aquiles.

Ahora bien que vuelve a este personaje digno de mención, pues es simple, Héctor como primogénito se encontraba como el primer candidato para suceder a su padre, no obstante nunca mostro arrogancia por esto, muy por el contrario arriesgaba su vida por defender a su pueblo y este por tanto le respetaba y apreciaba, además de su valor cabe destacar la forma admirable en que se defendía a su familia, como se aprecia al defender a Paris cuando este se acobardo ante Menelao, quizás para algunos esto es una acto esperado después de todo era su hermano, pero cabe recordar que en el contexto antiguo donde ocurre esta historia los cobardes no tenían honor y eran repudiados por todos independientes si son familia o no, por lo que al defenderlo Héctor se arriesgo a ser repudiado.

En la literatura actual es bastante complejo encontrar algún personaje con las características de Héctor, su estructura moral a pesar de ser rígida no está dictada directamente por las normativas sociales y por tanto reacciona y actúa del modo que le parezca mejor, aquí radica su complejidad, puesto q es mucho más simple crear personajes que tienen alguna carencia emocional convertirlos en protagonistas, en cambio un personaje como Héctor es difícil de utilizar y tiende a pasar a segundo plano tal como ocurre en la Ilíada.

Es debido a todo lo anterior que he decidido crear una entrada en su nombre e invitar a todos aquellas personas q disfrutan de escribir a trabajar con personajes como Héctor, quizás no sea el material ideal para un best seller pero sin embargo será un buen ejercicio mental.


miércoles, 12 de octubre de 2011

Capitulo 3

Rodeado de lo que solo podía clasificar como “Curiosa arquitectura” Willyen se sorprendió de su situación, jamás en su vida paso por su mente la sola idea de pisar el antiguo planeta azul, no porque fuera un sueño inalcanzable para él, sino simplemente porque ese tipo de cosas nunca había llamado su atención.

Asturias ciudad de residencia de Sybille siempre se había figurado en su mente como un conjunto de edificios redondos o esféricos con palafitos que lo sujetaban para mantenerlos alejados del suelo, como toda ciudad que por su antigüedad o incapacidad de adaptación había optado por mantenerse conformada por arcaísmos. Sin embargo la imagen en su mente contrastaba radicalmente con lo que se presentaba frente a sus ojos. Abundante vegetación y estatuas humanas de distintos tamaños llamaban su atención a lo largo del camino, miro su temporizador, tenía tiempo de sobra, pero no quería arriesgarse a ningún contratiempo inesperado por lo que se dirigió directamente a su destino. No le fue difícil encontrar el palacio lo había vislumbrado en el momento justo en que había salido de la central de traslados de la zona, por su gran altura y aspecto, era un edificio gigantesco, ostentoso comparado con la decoración minimalista a la que estaba acostumbrado, con grandes pilares, entradas de medio arco y abundantes ventanas.

En cuanto llego frente a la escalera un oficial salió a recibirlo

-¿identidad?-pregunto con firmeza

-Willyen Boucicault, Concubino Categoría alfa, Cuarto planeta de enseñanza, territorio sur, división 5472, unidad 016

- Adelante – respondió el oficial una vez corroborados los datos, atreves de las rutinarias pruebas de retina y ADN capilar.

Interiormente el palacio resultaba aún más impresionante, los techos altos y la gran cantidad de ventanas que permitían entrar la luz con todo su potencial, tenían la capacidad de hacer que cualquiera se sintiera insignificante ante semejante espacio. Había guardias en todos los rincones era evidente el gusto por la seguridad tradicional, sin embargo constantemente tenía la sensación de encontrarse absolutamente solo.

Una doncella salió a recibirlo

-¿Señor Willyen Boucicault?- el asintió con la cabeza, su habitación es la 314, la banda transportadora lo guiara. Sybille lo atenderá dentro de 2 horas, se solicita su puntualidad.

Willyen volvió a asentir con la cabeza y se retiró caminando con la esperanza de que esto calmara su nerviosismo, prefería usar sus propias piernas para llegar a su habitación, después de todo dentro de su entrenamiento básico se encontraba conocer perfectamente la organización de las habitaciones dentro del palacio, un conocimiento que ciertamente consideraba innecesario para un curso básico, calculo, con la mera intención de centrar su pensamiento en algo que no fuera la audiencia que le esperaba, el porcentaje de concubinos que llega a pisar esa cerámica cuidadosamente tallada, era casi nulo, sin embargo ahí se encontraba el alterando las posibilidades. Soy el punto que se escapa de la curva murmuro para sí mismo antes de esbozar una sonrisa.

La habitación era simple, pocos muebles, colores sobrios, muy similar a la que tenía en su unidad, por lo que le hubiera resultado cómoda si no fuera por los nervios que lo invadían. Veinte minutos antes de la hora fijada salió de su habitación, camino a paso firme hasta llegar a la puerta del salón de audiencias, se identificó ante los guaridas con el mismo rigor que lo había hecho ante las escaleras de palacio y espero que lo anunciaran.

La puertas se abrieron y Willyen entro con la certeza de que su vida estaba a punto de cambiar.



jueves, 6 de octubre de 2011

Misteriosa Realidad - Capitulo 7 (Final)

No tardaron en encontrar el lugar que buscaban, el laboratorio de biología y anatomía básica se encontraba asombrosamente iluminado por una cálida luz que parecía provenir de las paredes, se veía completamente diferente al lugar que Elizabeth había visto hace tan solo unas horas, no obstante la joven estaba segura de encontrarse en el mismo sitio, a pesar de que ahora más que un laboratorio parecía una cocina perfectamente equipada con todos sus implementos y una larga mesa para servir sus delicias.

- Tomen asiento – las invito la voz femenina de una figura vestida de cocinera cuya presencia no habían notado, la figura les daba las espalda mientras cocinaba algo en la plancha, las chicas por su parte sin estar del todo consciente de sus actos obedecieron.

La cocinera se voltio y Elizabeth reconoció en ella a la mujer que hace un rato las llamaba, aunque ciertamente resultaba mucho menos aterradora vestida de cocinera con el sombrero que le hacía juego y tanta luz por todos lados, sus mejillas rellenas y rosadas le proporcionaban un aspecto incluso amigable.

- Coman un poco, es bueno variar de los medicamentos de vez en cuando y esto es bastante saludable – ofreció mientras ponía frente las jóvenes distintos platos.

Elizabeth miro la comida con recelo, sin lograr distinguir los ingredientes pero con la fuerte creencia de que eran partes humanas, después de todo no había olvidado que se encontraban en el laboratorio de biología y anatomía básica independiente de la apariencia que tuviera este. Busco las miradas de sus compañeras con la esperanza de encontrar algo de apoyo, Andrea parecía igual de cuidadosa que ella pero Patricia por otro lado comía con entusiasmo.

- Pruébenlo, esta bueno. Comento esta al notar las miradas de sus compañeras.

Andrea aun recelosa probo un poco y con gestos invito a Elizabeth a que hiciera lo mismo, esta por su parte miro su plato, acomodo a su hermanita para poder sujetarla con un solo brazo y probo un poco de la extraña comida, tenia textura de cartílago pero para su sorpresa tenía una agradable sabor a cebolla frita. Las chicas comieron rápidamente sin ninguna conversación hasta que al terminar su cocinera exclamo.

- ya se ven mejor, que les parece si vamos a las habitaciones y las presento – parecía que la mujer hablaba para ella sola sin prestarles la menor atención – primero hay que enterrar sus cuerpos y luego…

Los ojos de Andrea y patricia se abrieron como platos al escuchar estas palabras, pero Elizabeth permanecía extrañamente tranquila como si y se esperara una afirmación como esta.

- pero señora – la interrumpió con la misma calma – nosotras no estamos muertas

- ¿pero cómo es posible? – murmuro la mujer mientras que la sorpresa acudía a su rostro.

- no lo sé señora, esperaba que usted pudiera explicárnoslo ¿sabe si esto había ocurrido antes?- pregunto Elizabeth

La mujer parecía consternada, el color había desaparecido de sus mejillas mientras buscaba en su memoria durante segundos que parecían eternos.

- me parece que el joven Ben estaba completamente sano cuando lo conocimos - pero nadie sabe cómo, ni porque, tampoco pudimos preguntárselo, estuvo muy poco tiempo por aquí

Elizabeth se sonrió, no sabía muy bien que pretendía hacer ni como lo haría, pero el calor de la esperanza invadió su espíritu y esto que pensaba era su cuerpo, a estas alturas no estaba segura de nada.

- De pie chicas – les dijo a sus amigas que seguían petrificadas sin terminar de entender que era lo que ocurría- no sé si saldremos de aquí, pero tengo una idea – agrego mientras se ponía de pie con la pequeña Constanza en sus brazos y un brillo de seguridad en su mirada.

- yo te sigo – exclamo patricia finalmente mientras se ponía de pie

- no creo que tenga elección – le siguió Andrea con una sonrisa, producto de el animoso ambiente que llenaba el aire.

La mujer aun sorprendida vio salir a las tres chicas de la habitación sin atreverse a seguirlas

***

En la mañana del día siguiente a la fiesta de graduación un centenar de policías rodeaba el viejo edificio del illusions real school”

- ¿han encontrado algo? – preguntaba Ricardo del Toro con desesperación a cada oficial que tenia a su lado

- no señor, pero seguiremos buscando – era la respuesta más común

Ricardo encendía un cigarrillo tras otro presa de los nervios, hasta que distinguió a un joven oficial que se acercaba a él con velocidad cargando un extraño bulto difícil de distinguir entre sus brazos

- ¿señor del Toro? – pregunto el oficial mientras le ofrecía el bulto, Ricardo arrojo lo que le quedaba de cigarro y con el corazón acelerado lo tomo con premura, hay envuelta en una frazada estaba su pequeña hija Constanza tan blanca como el papel, toco su rostro con su mano y las lagrimas corrieron por sus ojos al sentir el frio de su piel.

- ¿papi, eres tú? – Pregunto de pronto la criatura al tiempo que abría los ojos – papi, tuve un sueño horrible - grito mientras lo abrazaba con todas sus fuerzas.

Ricardo no podía creer lo que escuchaba, sentía como le volvía el alma al cuerpo, abrazo a su pequeña fuertemente, la alegría de encontrarla con vida era tan inmensa que escapaba por sus ojos, cualquiera que lo conociera podía decir que no había estado tan emocionado en toda su vida. El hombre reviso con cuidado a su hija en busca de alguna herida, pero esta parecía encontrarse completamente sana, más allá de la particular palidez y el frio en su piel no tenía ninguna herida, de hecho no le sorprendió el darse cuenta que llevaba el mismo vestido blanco de lazos rosa pálido que lucía para la graduación de su hija, solo llamo su atención la usencia tanto de zapatos como de calcetines en su hija, esta se encontraba completamente descalza y con una delgada cadena de plata que él nunca había visto en su tobillo izquierdo, y al revisarla detenidamente en esta encontró una pequeña cruz también de plata y amuleto con forma de corazón. No comprendía de donde habían salido pero al intentar quitárselo su hija se lo impidió, rogándole que le dejara conservarlos.

La policía busco por días pero no encontró señales Elizabeth ni de sus compañeras por más presiones que Ricardo del Toro ejercía, era como si las chicas simplemente hubieran desaparecido de la tierra.