domingo, 30 de octubre de 2011

Despedida tardía

Caminando desolada, sangrando por heridas que nuca sanaran, llenando el asfalto de carmesí y los ojos de sal, camina ella la muñeca de porcelana que a pesar de las trisaduras no puede dejar de caminar, no es capaz de detener sus pasos, ella cuyo andar parece imposible y que sin embargo no puede arrojarse al suelo a buscar el descanso final.

Entre las callejuelas escucha ecos de la gente, la vida siempre parece un murmullo lejano a sus oídos, quizás escucho su nombre escapando de una de las pocas gargantas que creen conocerla, pero incapaz de reconocerlo, incapaz de detenerse continua su camino.

Su paso es lento, sus pies descalzos, sus ojos asustados como venados, rodeada por los muros imaginarios de edificios mohosos que se irguen en su mente, no puede ver nada mas que sus recuerdos pasar, siempre es de noche, siempre es una despedida incapaz de olvidar, una y otra vez puede ver el chasis de un auto alejarse hasta desaparecer, “puedo soltar tu mano, puedo verte desparecer, puedo decirte adiós una ultima vez para volverte a haber” repite en un murmullo eterno.

Es muy tarde para decir adiós cuando tu alma ya esta unida y las distancias no la pueden separar, es muy tarde decir adiós para quien no hay nada después de la despedida.

El bosque se quema al costado de la carretera, el calor entibia sus huesos, el lago del otro lado del camino refleja su imagen envejecida y cansada entre llamas, pero no se quema, no es posible decir adiós, no es posible detener su paso, solo marcha avanza, deambula en busca de un final que se niega a aceptar.




Inspirado en la canción "Late Goodbye" de Poets ofe the fall

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