domingo, 28 de agosto de 2011

Misteriosa realidad - capitulo 3

La noche transcurría ligera, los chismes, la música y el alcohol eran entretención, ambiente y medio de comunicación entre los jóvenes. Varios chicos invitaron a Elizabeth a bailar y ella rechazo a la mayoría del modo más educado posible, pero lamentablemente había gente que no podía rechazar.

- baila conmigo Elizabeth – la grave voz de Maximiliano Letelier llego suavemente a sus oídos

- como si pudiera negarme Max – respondió con tono de broma una verdad que ambos conocían, Max la tomo del brazo y la llevo a la pista de baile con ligereza, era innegable que se veía muy guapo vestido de negro con esa corbata gris que destaca el azul oscuro de sus ojos, su cabello castaño se encontraba perfectamente peinado para parecer casual y su sonrisa debelaba esa gran seguridad que siempre había tenido.

- Te vez preciosa hoy- susurro Max en su oído mientras bailaban

- Eres un gran adulador – respondió la joven con picardía

- Que tranquila esta fiera esta noche – se burlo él, produciendo una mirada de molestia en los ojos de Elizabeth – no me mires así, se que no soy precisamente tu tipo, pero si me das la oportunidad te daré una noche soñada.

- Eso sería interesante de ver – respondió ella eligiendo con cuidado sus palabras para no rechazar a su pretendiente y al mismo tiempo para no darle demasiadas esperanzas

- ¿y qué me dices de un trío? – jugo Max sabiendo que eso atraería a Elizabeth - ¿Qué te parece con Camila Navallón? – propuso desviando la mirada de manera invitadora, Elizabeth siguió sus ojos y no tardo en encontrar a la chica. Era una joven morena que bromeaba con una amiga en un rincón, su cabello ondulado caía sobre sus hombros con suavidad y el vestido blanco que acentuaba el color de su piel se ceñía a su cuerpo develando sus sexuales curvas, era guapa y le gustaba, de hecho a todos en el colegio les gustaba tanto a chicos como a chicas por igual, pero no era tan inalcanzable como Elizabeth hubiera preferido

- ¿Qué me dices?- insistió Max

- No me meto con zorras – respondió ella mientras se alejaba para dar un giro mientras bailaban. Max volvió a acercarla con suavidad sin saber que decir ya que estaba totalmente consciente de que Camila era deseada por muchos y que había estado entre las faldas y pantalones de más de la mitad del alumnado.

La canción estaba por terminar y Elizabeth buscaba en su mente la forma más prudente de alejarse de su interlocutor

- ¿me la prestas un momento Max? – alcanzo a escuchar mientras una mano la tomaba por la cintura, se voltio rápidamente y vio a Eduardo, una sonrisa aprecio rápidamente en su rostro, mientras Max se alejaba rápidamente sin tener más que decir.

- ¿Cómo lo haces para rescatarme siempre que hace falta? – pregunto Elizabeth aun sonriente

- Te espío por supuesto – brosmio Ed.

- Estás loco

- Oye, no trates así a tu héroe

- Ya tenía todo controlado – rio Elizabeth

- Si claro – respondió Ed escéptico – vamos por un trago – le sugirió sin esperar respuesta, mientras la tomaba de la mano y la llevaba a la barra de licores

Eduardo era el mejor amigo de Elizabeth desde que tenía memoria, fue el que más feliz estaba de que se cambiara al illusions real school”, donde el llevaba años estudiando. Era un chico alegre, no tan adinerado como quisiera su padre pero con iniciativa y talento para surgir. Elizabeth lo miraba con detenimiento mientras bebía un mojito, esta noche usaba un traje negro lizo probablemente italiano y una camisa azul oscuro que contrastaba con sus ojos color caoba, su cabello liso caía a mechones sobre su frente, de alguna forma siempre le había gustado, y ella a él, de seguro algún día terminarías casados, ambos lo sabían.

- ¿Qué tanto me vez Eli?-

- ¿Qué te hace creer que te estoy viendo a ti? – negó la chica al verse descubierta - ¿Cuáles son tus para esta noche galán? - `pregunto en un esfuerzo de desviar su atención

- Mmm, pues creo que pasare la noche con la dulce Margarita – respondió alegremente mientras levantaba su vaso, que por supuesto tenia la mescla etílica que llevaba aquel nombre - ¿y usted señorita?

- No lo sé, supongo que paseare un poco a ver si encuentro a alguien interesante – contesto entornando los ojos, recordando las pretensiones sociales de su padre mientras terminaba su trago y se levantaba

- Suerte con eso – exclamo Ed sin mostrar el menor interés por dejar su puesto.

- Pórtate bien - se despidió Eli mientras se inclinaba para darle un beso en la mejilla, Ed rápidamente inclino la cabeza y sus labios quedaron a medio centímetro de tocarse, pero no se besaron, sin embargo ninguno aparto su rostro del otro, sabían que debían besarse, que era lo normal y lo lógico pero lamentablemente no tenían esa química especial que rodea a los amantes. Así que se sonrieron mutuamente y se miraron con esa conocida mirada que tenían entre ellos diciendo con los ojos “quizás la próxima vez”. Elizabeth lo beso brevemente en la mejilla y se alejo perdiéndose de vista entre la multitud.



martes, 23 de agosto de 2011

Batalla perdida

Revolución, es momento de decir adiós

Palpitación, es el sonido de tu corazón


Cuando el gallo anuncia el alba el soldado se levanta

Los espectros del destino ya torcieron los caminos

y es el ángel de la muerte quien decidirá su suerte

esa extrema sensación, asesinos del montón


revolución, es momento de decir adiós

palpitación, es el sonido de tu corazón.

Tanta furia desbordada, tanta sangre derramada

Pena y dolor ya no hay compasión.



ya se cruzan las miradas y se chocan las espadas

se decidirán los sueños mientras se cercenan miembros

todos luchan frente a frente pero nadie espera verse

y es que con sus propias manos se asesinan entre hermanos


revolución, es momento de decir adiós

palpitación, es el sonido de tu corazón.

Tanta furia desbordada, tanta sangre derramada

Pena y dolor ya no hay compasión.


Al clamor de la batalla se queman las alabanzas

Ya no existen inocentes, solo sangre, culpa y muerte

Pues incluso triunfadores sufrirán por sus traiciones

Y aun el héroe coronado con la sangre esta bañado


revolución, es momento de decir adiós

palpitación, es el sonido de tu corazón.

Tanta furia desbordada, tanta sangre derramada

No hay ganador, no hay salvación

miércoles, 17 de agosto de 2011

Misteriosa realidad - capitulo 2

La graduación fue un evento tan lento y tedioso como se podría imaginar, plagado de actos nostálgicos que emocionaban a los estudiantes hasta las lagrimas, pero que para Elizabeth carecían por completo de sentido, después de todo, en estos tres meses apenas había tenido tiempo de socializar, ni hablar de generar recuerdos que le dieran importancia a este suceso.

- Del toro Campusano Elizabeth – El sonido retumbo entre las paredes, Elizabeth se puso de pie y se dirigió a recibir su diploma. Desde lo alto del escenario no le resulto difícil encontrar a su familia, puesto que su padre un hombre corpulento de al menos un metro con ochenta centímetros de estatura y que no perdía su porte altivo atreves de los años, se encontraba ubicándose en su asiento, resultaba evidente que acaba de llegar. Elizabeth estaba tan acostumbrada a este tipo de descuidos que no le importo en lo mas mínimo el retraso de su padre. A su lado pudo distinguir a Leticia con un sobrio vestido gris y a la pequeña Constanza que vestía un abultado vestido blanco con lazos de tono rosa pálido, Elizabeth les dirigió una sonrisa y volvió a su puesto con el diploma en sus manos.

La entrega de diplomas y premios resulto más larga de lo que esperaba y al terminar Elizabeth solo quería volver a su casa a descansar, lamentablemente debía cambiarse de ropa e ir a la fiesta. Su padre jamás le perdonaría el perdérsela. La fiesta para el resultaba infinitamente más importante que la misma graduación puesto que era la última instancia para generar contactos que podrían ser de vital importancia para el futuro, después de todo ese era el motivo porque su padre no había escatimado esfuerzos para que ingresare precisamente a ese colegio por sobre cualquier otro, la descendencia de los empresarios emergentes estudiaba en el “illusions real school”. En el futuro las alianzas que surgieran esta noche podrían significar el avance o el retroceso de la compañía, ciertamente su padre tenía una gran visión de futuro y eso era precisamente lo que lo había llevado tan lejos en el mundo empresarial.


- “La información es más valiosa que el dinero” – murmuro inconscientemente el lema de su padre

- ¿Qué dijiste Eli? – pregunto el cochero

- No seas irrespetuoso Art, si me padre te escucha te reprenderá – Arthur el cochero era mayor que ella por más de quince años pero Elizabeth lo conocía desde los nueve años y siempre habían sido buenos amigos.

***

A las once de las noche Elizabeth volvía a descender del vehículo, esta vez frente al edificio antiguo del “illusions real school”. Esta era una construcción inmensa de mediados del siglo XVII, muy amplia, con enormes ventanales en el primer piso y simétricas ventanas más pequeñas en el segundo. Durante sus inicios este edificio había constituido todo el colegio, incluyendo las habitaciones donde dormían los estudiantes cuando este era internado, múltiples salas de clases, grandes salones y todo lo necesario para brindar la mejor educación del país o mejor dicho la única en ese momento. Elizabeth había entrado un par de veces a ese edificio para usar los laboratorios que aun eran funcionales, o para ver alguna exposición cuando la construcción se utilizaba como museo. Sin embargo hoy el edificio lucia radicalmente distinto, los elegantes farolitos que guiaban el camino hacia la entrada más el intenso brillo que se colaba entre las cortinas por las ventanas rejuvenecían el edificio aun desde el exterior.

Elizabeth se despidió de su amigo y entro al edificio, desde el interior el cambio era aun más impresionante, el edificio parecía más un elegante hotel que un antiguo edifico escolar. Al cruzar el dintel de la puerta se quito el abrigo desvelando su simple pero elegante vestido blanco y se dirigió al salón, no tardo en encontrar a sus compañeros, todas las chicas vestidas de blanco, todos los chicos vestidos con elegantes trajes negros tal como decía la tradición. Los alumnos usaban esa uniformacion cromática desde los inicios del illusions real school”, en un comienzo porque una vez que se salía del colegio lo propio era contraer matrimonio y este era el evento donde más parejas se formaban, así que los adultos de la época vestían de gala sus jóvenes para encaminarlos a su futuro, permitiéndoles imaginar cómo sería casarse con su pareja de baile. Con el paso del tiempo y la llegada de la modernidad el matrimonio se fue desligando del evento y se convirtió en la ocasión para que los jóvenes perdieran la virginidad, de hecho las habitaciones superiores estaban siempre preparadas por si lo ameritaba la ocasión, así que se mantuvo la tradición vistiendo a las chicas de blanco para que los muchachos tuvieran siempre presente su pureza y se vestía a estos últimos de negro para que las jóvenes insulsas recordaran que en sus acompañantes siempre había algo de oscuridad por lo que dentro de lo prudente no debían ceder a sus ofrecimientos o elegir cuidadosamente al muchacho indicado, para una ocasión especial. Hoy en día los chicos vestían así simplemente porque sus padres se lo exigían, puesto que nadie quería que las otras familias los acusaran de romper una tan antigua tradición.

Elizabeth pensaba en esto al observar a sus compañeros bailando y se sonreía al recordar las palabras de Art antes de bajar del auto.


- Toma – le había dicho mientras le entregaba un par de preservativos sexuales – y no te metas con cualquier pelafustán, mira que se bien lo que ocurre en estas fiestas – agrego al ver la mirada divertida de la joven, el gesto en si mismo le causaba gracia, era difícil pensar que alguien fuera tan inocente como para creer que alguien de ese colegio llegara a la graduación sin haber tenido relaciones sexuales, además personalmente ella sentía una mayor atracción por las chicas que por los muchachos.

- Eh Eli, aquí – la llamo una voz que la saco de sus cavilaciones, era el grupo de chicas con las que solía pasar el tiempo, un conjunto de de alrededor de seis personas que gozaban de su simpatía a pesar de no saber casi nada de ella.



jueves, 11 de agosto de 2011

Misteriosa realidad - capitulo 1

Poco a poco la luz entraba por la ventana, era un día importante para Elizabeth y ya era momento de despertar, abrió los ojos lentamente motivada por el calor que invadía la habitación, por su posición lo primero que distinguió fue techo y el panorama la paralizo, el cielo de su cuarto estaba cubierto por un millar de arácnidos de distintos tamaños y formas, unos tan grandes como balones de futbol y otros tan pequeños como hormigas, era ciertamente una visión que estremecería a cualquiera, el sin fin de criaturas de ocho patas que se movían de un lado otro atacándose entre sí tenían a Elizabeth con los músculos totalmente tensos de la impresión y rogando en su mente porque la gravedad no la traicionara y esas criaturas cayeran sobre ella. Así se mantuvo sin mover ni siquiera sus ojos para no ser descubierta por sus compañeros de cuarto, sin hacer el menor ruido mientras que los minutos pasaban lentamente. De pronto inesperadamente la puerta se abrió y observo como todas las arañas se dirigían a la puerta a toda velocidad.

- Buenos días señorita Elizabeth - la saludo su querida sirvienta haciendo que la atención de la chica se desviara hacia ella, rápidamente, tras no más de un segundo, Elizabeth volvió a dirigir su mirada al techo, pero ya no había nada allí, solo un panorama de pintura color crema y guardapolvos color hueso, junto a una elegante lámpara muy propia de la decoración de la casa, pero ni el menor rastro de los miles de arácnidos que hace tan solo segundos habían estado en aquel lugar, todo había desaparecido.

- Vístase rápido señorita que hoy es un gran día – volvió a interrumpir la empleada

- Lo hare Leticia, no te preocupes, bajo en diez minutos- respondió la joven mientras volvía a mirar el techo de su habitación guiada por la incredulidad ante la posibilidad de que las arañas volvieran a aparecer, pero esto no ocurrió.

***

El día continuo con la misma normalidad que podría tener un día como que aquel, con miles de preparativos y nervios pero sin criaturas ni insectos. Elizabeth se levanto, vistió, desayuno e hizo todo los trámites sin que ocurría ningún otro evento particular, a tal punto que llegaba a pensar que lo ocurrido esta mañana había sido solo un producto de su imaginación.

A las cinco de la tarde la joven estaba lista para salir

- Que linda se ve con su uniforme, no puedo que creer que hoy se gradúe, si tan solo ayer la llevaba al jardín infantil – le decía Leticia mientras la contemplaba antes de darle su aprobación para salir.

- Estas exagerando Leti, eso fue cuando era tan solo una niña, ya tengo diecisiete años y la verdad graduarme no me parece tan importante.

- ¿Cómo no va a ser importante? – le reprocho la empleada - pronto iras a la universidad y serás toda una profesional, quizás incluso sucedas a tu padre en la compañía y todo comienza hoy graduándote del renombrado “illusions real school”

Elizabeth se abstuvo de responder agresivamente, después de todo esa era una afrenta entre su padre y ella, Leticia no tenía nada que ver. Fue su padre quien había chantajeado al director para que le permitiera ingresar al establecimiento a solo tres meses de que cerrara el año académico. Ella estaba totalmente consciente de la situación a pesar de no tener ninguna prueba, pero le resultaba evidente puesto que ningún colegio la habría aceptado tras considerar su amplia lista de problemas conductuales, si hace ese hecho se le sumaba las atenciones zalameras de los inspectores y las miradas frías y sonrisas forzadas del propio director le quedaba más que confirmado que era una alumna respetada en el establecimiento pero en ningún caso querida.

- será mejor que me valla, o llegare tarde – exclamo finalmente

- ¿Puedo ir contigo? – grito una vocecita aguda desde un rincón

- Sabes que por ahora debes quedarte, luego Leti te llevará y te reunirás con papá

- Pero yo quiero ir contigo

- No, no, no, además aun tienes que arreglarte, tienes que estar muy bonita hoy, pero no demasiado – respondió Elizabeth con dulzura, que difícil le resultaba negarle algo a su pequeña hermana Constanza y no solo porque a sus siete años mostraba unas cualidades impresionantes para la manipulación emocional sino porque siempre habían tenido una relación demasiado estrecha, pero se había prometido no consentirla demasiado en especial tras la muerte de su madre, puesto que ella era la única capaz de decirle No.

- Pero, pero, pero… - insistió la pequeña

- Nada de peros y no me hagas pucheros, sabes que nos veremos pronto – con esto se despidió, acaricio la cabeza de su hermana con cariño, salió por la puesta principal y subió al elegante auto que la esperaba dando una última mirada de soslayo a Leticia tan dulce y delgada como siempre, con esa mirada en sus ojos café que siempre la habían llenado de tranquilidad y a Constanza, esa menuda figura de piel blanca y rizos rubios que contenía sus lagrimas caprichosas en sus ojos pardos.



lunes, 1 de agosto de 2011

Que mas da

¿Y que mas da?

Todo esta igual

En el fondo ninguno a cambiado

El mundo esta girando igual

El mismo sol no sigue iluminando

Quisiera ver alguna vez algo inaudito que cambie mi vida

Pero en los sueños deje de creer, son demasiadas heridas


Al caminar sin pensar mas,

Los mismos pasos sigues repasando

¿Cómo es que esperas cambiar el final

Si nada mas ha cambiado?


¿y que mas da?

¿Qué importa ya?

Cielo o infierno, quizás no hay ninguno


¿y que mas da?

No importa mas

Ya ningún hombre lucha por lo justo


¿y que mas da?

Si al final

Ya nadie cree en los cuentos de hadas


Ya me canse de vivir por vivir

No voy a seguir asi

No, no, no (X2)


Resistiré, resurgiré

Soy como el loto que sale del lodo

Avanzare, no parare

Se que en el fondo no hay otro modo


¿y que mas da?

Si al final

Luchare sola una causa perdida

Al menos una ilusión guardare

Voy a cambiar esta vida