lunes, 20 de diciembre de 2010

Aire viajero


Inhalo el dulce aroma de café que armoniza mi mente antes de otro largo día de trabajo, de pie frente a este enorme y conocido edifico agradezco a los trastornos climáticos que han permitido esta fresca mañana de verano, quizás demasiado fresca para esta época del año, aunque es ideal para un café. Pensando en el clima es inevitable alzar la vista en busca del cielo, pero hoy las nubes se separan tal objetivo de mis ojos, actuó rememorando las palabras de mi padre “respira hondo y huele la hierba” y contra todas mis expectativas me sorprendo y huelo hiera algo demasiado singular en esta selva de cemente, por lo general huelo el pasto recién cortado de los barrios residencias, pero no es este aroma, este es aire a campo a hierba sembrada en recuerdos infantes,
Le doy un sorbo a mi café y vuelvo a respirar profundo, Mocachino y hierba, dos aromas contradictorios que casi me hacen olvidar que sigo parado frente a este conjunto de oficinas con forma de edifico. Dulce y fresco casi como tu.
¿Qué será de ti? Pregunto en mi mente en esta mañana cotidiana y singular, hace demasiados años que no te veo ni se de ti, sumido en mis meditaciones abandono mi punto y deambulo entre las calles pensando en tu sonrisa, debe ser invierno en ese país que elegiste como tuyo no obstante muchotas verde te ha de acompañar, quizás la nieve se pose sobre las ramas de los pinos y quizás el cielo se refleje entes ojos.
Ahora vivo solo en un departamento, bueno casi solo, de no ser por aquella Amapola que compre esa mañana de arrebato, simplemente porque me recordaba a ti. Aquí estamos ella y yo, ella en la ventana recordándome tus labios y yo en el balcón disfrutando el aire fresco, con esa misma frescura que tenían tus abrazos, aquí estoy donde me dejaste, en el mismo lugar que decidí quedarme rogándole al viento que sea mi mensajero, mientras grito como un loco palabras de momentos demasiado lejanos como para que tengan sentido, deseando que se pierdan en el aire, que se mezclan en el viento que sopla tu pelo para que tu también sientas este aroma viajero.