jueves, 29 de octubre de 2009

Obnubilados por el cine?

Hoy vengo frente al teclado, no con ánimos de relatar ni narrar sucesos que aparecen en los escenarios de mi mente y se sazonan con la imaginación, hoy mas bien quiero reflexionar, hace tiempo que he observado un nuevo enigma de la psicología social que me tiene intrigada.


En el ultimo tiempo como se a hecho evidente, al menos en mi país, e visto desarrollarse en mas de una ocasión un fenómeno muy particular, observo como es que de la nada un libro, o en la mayoría de las ocasiones, una serie de libros, se popularizan de la noche a la mañana, por algo que llamo el “efecto Cine” , exhibamos los exponentes mas recientes al respecto, la conocida saga de Harry Potter y Crepúsculo, libros que si bien tenían cierto publico antes de las películas, pero que para ser sincera se maximizaron de forma extraordinaria luego de los estrenos de los Films. Hecho que en si mismo no me molesta, pero lo que si me irrita, es que una vez que un libro se pasa a las grandes pantallas, el publico en general pierde toda capacidad de critica para con él.

Este es un fenómeno que llevo tiempo analizando y que afecta tanto a aquellos alejados de la lectura que leen el libro con la motivación que les sembró la película, como a lectores asiduos, incluso a periodistas que difunden comentarios en los medios. Personalmente yo leí los 2 ejemplos mencionados y también vi las películas, por ellos me los e tomado a la ligera, e tenido serias conversaciones acerca de las características tanto de las películas o como de los libros, llegando a clasificarlo como lo que, en mi circulo social privado llamamos, “lectura de metro”, los libros a los que se les atribuye esta característica, son libros, entretenidos, que son difícil de soltar, y que por lo general no suelen ser muy profundos, por lo cual no requieren gran meditación y son fáciles de entender, por tanto es común ver que la gente los va leyendo en los medios de transporte públicos, ya sea microbuses o metros.

Quisiera hacer notar que no estoy diciendo que estos libros sean en si mismo malos, ni que el hecho de que se conviertan en existos cinematografitos les quite su calidad, es evidente que no es así, como se observo en El señor de los Anillos, o si vamos mas al pasado con Dune, que vivieron el mismo proceso, y no dejaron de ser los hitos literarios que son,. Pero en este punto hay algo debemos aclarar y que me gustaría explicarle a esa manga de fanáticos que anda por la vida, una cosa es un LIBRO y otra muy distinta una película, por mas que esta sea basada en el libro, y no me refiero solo a las diferencias de formatos, sino que en si mismo son áreas totalmente distintas, y que quede claro, que un libro sea elegido para hacer una película no implica necesariamente que el libro sea de una alta calidad.

Esto es lo que estoy apelando finalmente, un libro no va cambiar por el hecho de que tenga o no una película, y por mas que uno sea un fanático de tal o cual saga, tiene que saber reconocer sus características, y no dejarse llevar por el éxito cinematográfico ni con la moda. Cosa que espero que la mayoría logre entender porque este fenómeno no debería ser tal, puesto que una película y un libros son totalmente incomparables y su relación nunca lograra de ser mínima.

Un pequeño detalle mas, hoy estoy apelando a que no nos dejemos llevar por las grandes pantallas y los vicios que producen en la gente, pero quisiera también que se eviten las generalizaciones, que un libro sea bueno, no asegura la calidad de la saga, pero eso ya es harina de otro costal, por hoy solo les dejo el cien para reflexionar,

4 comentarios:

Seo dijo...

totalemnet de acuerdo. del libro a la peli hay un abismo
pero ya asbes que a veces son modas

andres c muñoz dijo...

hola, antes que todo, considero a ese efecto de libro inflado por la prensa, como un monton de mierda. sip, dije bien, un monton de mierda. pero tampoco creo q llegue el dia en que dostoivsky se vuelva best seller de lectores sub 20. pero como sea, este tipo de libros ha convertido y ha transformado a una generacion en lectores, y eso es un logro (aunque lean mierda). me encantan las peliculas de harry potter, pero como pelicula de matine, onda sabado a las 11 am echado en mi cama, y de los libros, prefiero gastar ese precioso tiempo de lectura en leer a chesterton o de asturias. libros de mierda y de matinee
adios.
pdta: vi la pelicula animada persepolis y lloré como una magdalena.

andrés dijo...

Cada uno toma lo que quiere o que su nivel le permita, lastimosamente la cultura no es dmocratica y no por esto digo que esos libros sean malos, no, para nada, cada quien con su gusto

Un gusto pasar por aqui

saludos

andrés

Dark K dijo...

Después de pasar 5 años de mi vida estudiando Literatura (para no ejercerla nunca, demás está decirlo) he llegado a valorar los "libros de metro" (subte o tren subterráneo, para los internacionales) de los cuales hemos hablado tantas veces y que, en gran parte, tanto odiamos. Pero los valoro por una sencilla razón: logra que la gente lea. Así de simple. Libros como Harry Potter, como Crepúsculo, como El Señor de los Anillos, incluso como las Crónicas de Narnia han acercado la lectura a los sub20 y, en algunos casos, a los mayores. Sé que no es mucho, sé que bajo ningún punto de vista es suficiente, sé que aún queda mucho para que la literatura "de verdad" llegue a ser parte de la lista de los mejores vendidos, pero algo es algo. La generación que hoy tiene 11 ó 12 años y que se devora los libros de Harry Potter tiene mayores posibilidades de acercarse a Dostoievsky antes de los 20 que los que ahora tienen 20 y sólo saben de Playstation. Y si el cine ayuda a que esas generaciones apaguen el televisor, desenchufen la consola de videojuegos y se sienten bajo un árbol a leer un libro, pues bienvenidas sean las adaptaciones de los libros de moda. Da los mismo que sólo lean libros de moda... ese libro hará que se detengan a mirar un escaparate de una librería y, quien sabe, quizás se tienten con algo de mayor calidad. Y si eso sucede, me doy por pagada (aunque nunca ejerza lo que estudié).




K.