Cada libro es un mundo y leerlo nos
permite alejarnos de nuestra relaida entre sus paginas, esto no es desconocido
para ningún lector, como tampoco es desconocido que muy de vez en cuando
resulta difícil o tedioso leer un libro y muchas otras resulta difícil soltarlo
hasta llegar al final, pero muy de vez en cuando ocurre una cosa aun mas
peculiar, un libro llega a una persona en el momento adecuado y cambia su vida.
En la escuela estudiando de la
literatura me dijeron alguna vez que los escritores escriben, valga la redundancia, para el
lector ideal, un lector que comprenda los matices y las metáforas de la obra,
un lector que asimile de forma adecuada aquello que el escritor quería
trasmitir, pero también me enseñaron que muchas veces ese lector simplemente no
existe. Yo personalmente nunca me he considerado un lector ideal no me creo con
la capacidad de desentrañar los misterios tras las letras con tal destresa que
merezca un titulo asi, pero hoy en espcial creo haber entendido un par de cosas
de una obra que cambiaron mi forma de ver el mundo.
Hoy como muchas veces termine de
leer un libro, el elegido como dice el titulo era Kafka en la orilla de
Murakami, un libro que llego mis manos
de la forma precisa en el momento correcto y lo empecé a leer en cuanto pude,
pues lo esperaba hace tiempo sin saber con certeza si es que algún dia
llegaría.
Podría destacar las
características de su trama con toda emoción, un joven de 15 años que se fuga
de la casa, utilizando el siempre leal tema del viaje, podría destacar su
estructura 2 líneas de personajes aparentemente distintas hasta pasada la mitad
del libro, las similitudes de una profetica tragedia griega, la comunicación,
las metáforas que se deslizan entre las paginas como detalles accesorios a la
trama, los hechos descritos de forma
precisa concisa sin marcas de pudor y
sin llegar a ser grotescos simplemente hechos explicados con naturalidad una
capacidad admirable dentro de la narrativa, podría dedicar variedad de líneas a
comentar los giros de personajes y de narrador, las descripciones de los
individuos y de los lugares. Así como podría comentar algunas de sus
curiosidades como una línea cronológica estable que se complementaba por un
segundo protagónico en una línea fluctuante,
produciendo interesantes alteraciones en el ritmo de la trama, y por
supuesto el sin fin de agradables referencian que evidencia la gran cultura del
autor.
Mas no me parece propio, pues más
allá de la estructura, de la trama y de todos lo implementos accesorios a ella,
lo que convierte a este libro en algo digno de leer, es la sensación que
produce, es la confusión que genera y la asimilación que implica, supongo que
así como no existe un lector ideal, cada cual está en su derecho de decir si le
ha parecido un buen o mal libro, eso no está en mi resolverlo, a pesar que se
me da mucho la crítica literaria, pero en esta ocasión me parece que hay en mi
persona demasiadas implicancias que alterarían mi juicio, pues como dije este
libro en mis manos no es solo un libro y en mi contexto personal es más que un
mundo en el que se puede escapar un rato de la realidad, es para mi, la
realidad en si misma entrelazada en una letra imprenta, es mi vida y mi
situación, mi pasado, mi presente y mi futuro, es mi propio ser y aquellos que
son parte de mi, y bueno cuando un libro al terminar puede dejarte esa
sensación más allá del típico vacio tras haber acabado na trama, es simplemente
digno de mención.
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