domingo, 22 de noviembre de 2015

Canizas - Parte I



Medio día en la tierra y media noche en el infierno, el viento soplaba  de sur a norte como una exhalación de la tierra, manifestando la vida del mundo y recordándole a Trok lo insignificante de su existencia. Ahí frente a las ruinas plagadas de recuerdos la joven sentía el polvo bailando sobre sus botines y el sol en su nunca, observaba las ruinas intentando mantener su mente en el presente.
-          Todo parece estar exactamente igual – Exclamó una voz masculina que la sobresalto.
Al voltearse encontró a un  joven de contextura media con el cabello claro y desordenado que coordinaba perfectamente con unos chispeantes ojos celeste,  tardo unos instantes en reconocerlo, después de todo ya había pasado demasiado tiempo.
-          Eran ruinas hace 4 años y siguen siendo ruinas ahora, por eso se ve igual – respondió con un dejo de molestia.
-          No, antes solo estaban abandonadas, pero las paredes se tiñeron de negro cundo estuvimos aquí
-          No sabía que le prestabas tanta atención a los detalles Bert
-          Siendo honestos no creo que sepas nada de mi
-          Supongo que tienes razón
Silencio,  que complejo resultaba entablar conversación con alguien que te ha visto como no te ha vito nadie, pero que al mismo tiempo no sabe nada de ti, ante ello solo queda el silencio que no deja de ser incómodo.
-          Es raro encontrarte aquí, aunque supongo que es el único lugar donde podríamos encontrarnos – Comentó Bert clavando la mirada en una pared que amenazaba con derrumbarse al menor soplido del viento
-          Es la primera vez que vengo desde, bueno tu sabes
-          Entiendo
-          ¿tú vienes seguido?
-          La verdad no, también es la primera vez que vengo, ósea he pensado en venir muchas veces, lo medito y finalmente  decanto, pero esta vez sentí que tenía que venir.
Nuevamente silencio
-          Bueno si quieren saberlo yo vengo seguido - gritó una voz desde lo alto de una construcción
Tanto Trok como Bert alzaron al vista buscando la fuente de las palabras pero debido a la brillo del sol solo fueron capaz de ver una sombra
-          ¿Cehite, eres tú?  -  Gritó Bert, al tiempo que se daba cuenta lo extraño que sonaba ese nombre en sus labios, hace mucho no lo pronunciaba.
-          Sí, esperen bajó enseguida  - respondió la voz
El joven bajo precipitadamente con una elegante agilidad inesperada para cualquier citadino, aunque mirándolo con detenimiento Cehite era lo menos parecido a un citadino que se podía encontrar en esos parajes.
-          Esto si que es una novedad – Comentó Bert al tenerlo frente a sus ojos – pensé que tras lo ocurrido  habrías dejado la ciudad y te habrías instalado en alguna playa a practicar Surf
-          Esa era la idea, lo intente durante un año, pero tuve que regresar, no me sentía a gusto, supongo que después de todo el surf no es lo mio
-          Siendo honesto no parecías un surfista, al menso no en ese momento

Trok los observaba en silencio sin prestar mucha atención a su conversación, era evidente que Cehite había cambiado mucho, nada quedaba de aquel escolar callado con odio en su mirada y movimientos agresivos. La banda negra había desaparecido de su brazo izquierdo, se había dejado crecer el cabello hasta los hombros, esta bronceado y sus movimientos eran mas relajados, sin embargo aun era posible ver entre sus gestos el régimen estricto de una educación militar. En conjunto de haberlo visto por la calle le hubiera sido imposible reconocerlo, parecía otra persona.
-          No entiendo que haces aquí – exclamó la joven interrumpiendo la conversación – tú mas que cualquiera debiste quedarte lejos,  disfrutar  la playa y olvidarte de este lugar
Cehite la miro con molestia, de haber sido otra persona no se hubiera molestado en responder, pero ver a Trok le producía una singular nostalgia
-          Yo creo que es mas extraño  que ustedes estén aquí, después de todo entre estas paredes yo me siento acompañados en ellas se guarda el recuerdo de todo lo que alguna vez me ha importado
“ese si suena como Cehite” pensó Trok al escucharlo, quizás no ha cambiado tanto, quizás ninguno lo ha hecho.
-          Chicos, chicos tranquilos  -  exclamo Bert al notar como la tensión aumentaba entre sus compañeros
-          No te preocupes no vine a pelear – respondió Trok
-          ¿Entonces a que viniste? – Preguntó Cehite con tono resentido
-          No lo sé, supongo que a asegurarme de que todo fue real, con el tiempo al recordarlo llego a sentir que no fue mas que un sueño, o mejor dicho una pesadilla.
Un silencio incomodo invadió el ambiente
-          Hoy se cumplen 4 años exactos desde ese día, y aun me parece extraño que el brillo del amanecer sucediera a la muerte – exclamo Bert, sin tener muy claro si hablaba para los demás o solo para si mismo
-          Vengan, quiero mostrarles algo -  pidió Cehite mientras empezaba a caminar sin esperar respuesta
El joven los guio entre los edificios, esquivando los callejones  obstruidos por escombros, era evidente que conocía el lugar, entro por un edificio que se veía en  condiciones  aceptables comparado con los demás, los guio al 4 piso, y atravesó el espacio que debió ser una pared, pero que había caído permitiendo el paso al tercer piso del edificio continuo.
-          Disculpen el camino, pero el primer piso quedo colapsado después de lo que paso y esta es la única forma de entrar

Sus compañeros asintieron y avanzaron sin hacer ningún comentario, estar en ese lugar se sentía como un sinsentido de la vida, nada parecía extraño, precisamente porque entre esos escombros nada parecía normal.
Al llegar al segundo edificio Cehite los guio por los restos de una escalera hasta alcanzar la azotea, era solo 5 pisos, pero aun así desde lo alto se podía ver todo el lugar, era un edificio central, ligeramente mas alto que los demás. Al este podían verse las montañas, y al oeste si se forzaba un poco la vista, se apreciaban algunos edificios de la ciudad.
-          Se puede ver todo desde aquí – exclamó Bert que fue el primero en reconocer el lugar, después de todo había acompañado muchas veces a Jaiden, solo para admirar la vista.
-           Si, en el fondo entre las ruinas siempre hay algo que se puede admirar, a veces me siento mal, vengo aquí a mirar el paisaje, y pienso que esto fue probablemente lo último que vio, Anti antes de morir, de alguna forma eso me hace sentir mejor  -  exclamó Cehite mientras se acercaba a lo que quedaba del barandal,
Bert retrocedió sus pasos hasta posicionarse junto  a Trok, sentía que debía deja a Cehite solo con sus recuerdos ahora que había logrado tener algo de tranquilidad, pero no podía marcharse, después de haber estado tanto tiempo sin volver ahora le resultaba particularmente difícil volver a marcharse.
Trok por su parte tenia una visión muy distinta de todo, no podía ver el paisaje ante si, solo podía observar a Cehite, parado solo, dándoles la espalda, apoyado en el barandal, con la cabeza hacia arriba y los ojos cerrados disfrutando del viento. Había pasado por tantas cosas, se había destruido asi mismo, se había convertido en un vengador y se había enfrentado  lo que ninguno de los había presente se había atrevido a enfrentarse, aunque iba contra su naturaleza pacífica y aunque había sido completamente derrotado, había cumplido su misión,  y por tanto ya no tenía mayor motivo para vivir, pese a que estaba vivo. Ella es una mujer con los pies bien firmes en la tierra y el es como el viento, a veces una suave brisa, pero se convierte en un huracán si necesita serlo  ¿Cómo no identificarse con él?   
-          Pudiste ser tú – susurro Bert mal interpretando el silencio de su compañera.
-          ¿Qué? – preguntó ella, sin entender  el comentario
-          Pudiste terminar igual que Anti, la policía dijo que fue un accidente, pero Cehite tenía razón, siempre la tuvo, fue culpa de Jaiden.
Trok no puedo evitar estremecerse al escuchar el nombre, ella misma no tenia el valor para pronunciarlo, decirlo era como sentirlo de nuevo con ella, especialmente en ese lugar
-          El mismo me lo confeso un día entre copas, se sentía mal al respecto pero no se podía negar que era su culpa, y no es una percepción, él la empujo en un arrebato.
-          Pensé que era tu amigo – comento Trok sorprendida ante tal confesión
-          Lo era, el mejor amigo que se podía tener, pero lo conocía lo bastante para saber lo que era capaz de hacer, por eso  lo seguí aquella noche
-          Era un demonio – respondió la joven con frialdad
-          No, pero convivía con demasiados de ellos y era fácil confundirse, incluso yo lo hice alguna vez, pero no era tan malo como todos piensan
-          No te engañes – Intervino Cehite que había llegado al final de la conversación y había comprendido al instante de quien hablaban – Puede que ahora el tiempo te haya permitido olvidar las cosas, pero ese tipo era el mismo satanás encarnado, manipulador, agresivo, peligroso, no sabía contener sus instintos ni sus impulsos,  tubo el destino mas adecuado que podía tener, sé que el alma de Anti no hubiera podido descansar tranquila si ese maldito siguiera por las calles.

Era extraño volver a mirar el odio en los ojos de Cehite, ya no resplandecía con el brillo de antaño, pero aún era evidente que quedaba lo  suficiente como para llevarlo a  enfrentar cualquier demonio
-          Tú viniste a matarlo ¿verdad? – lo interrumpió Trok
-          Para ser sincero no, quería matarlo, es cierto, pero no vine por eso, yo ya estaba aquí ese día
-          ¿De verdad? Pensé que habías venido especialmente para acabar con él, ósea se lo decías sierpe que lo veías -  exclamo Bert
-          Y quise hacerlo muchas veces, de hecho fue exacto lo que pensé cuando lo vi acá con Trok
-          Si, no lo esperabas ¿Por qué estabas aquí? – pregunto la joven  de pronto
-          En aquella época venia mucho, desde que la policía des acordonó la zona tras la muerte de Anti, venia siempre que podía, me escapaba del instituto y bebia  solo, intentado saber que hacer con mi vida
-          Y ¿que paso ese día? – preguntó Trok
-          La verdad yo mismo no lo se muy bien, recuerdo que  llevaba media botella de vodka, cuando los vi discutiendo desde el edificio continuo, fue como verlo con Anti, solo pensaba en que tenia que detenerlo y salvarte,  era el único camino, no se cómo empezó el fuego, pero estoy consciente que ya estaba en llamas cuando ese desgraciado me noqueo y me dejo inconsciente, te debo la vida Bert, cuando volví en mi mismo ya todo había terminado.
-          No es nada,  no podía dejarte en medio del fuego
-          De todas formas te lo agradezco
-          Tranqui ya paso mucho tiempo de hecho, la verdad me sorprende de que este edificio siga aun en pie – Agrego Bert intentando cambiar el tema
-          La verdad se dañó mucho, pero si no se cayó con el incendio no creo que lo haga con nada – respondió Cehite
-          Aun así no me da confianza, deberíamos salir de aqui – exclamó Trok
-          Tienes razón
-          Bajen ustedes, yo quiero quedarme un rato mas
-          ¿Seguro? – preguntó Bert
-          Si, tranquilo solo serán unos minutos.




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